La visita de Trudeau
Las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) continúan, esta vez en Washington y en este espacio hemos analizado los avances sobre estas pláticas que redefinirán el rumbo económico de uno de los bloques comerciales más importantes del mundo.
En medio de estas reuniones trilaterales de carácter económico se da la visita oficial del Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, quien se entrevistó primero con el presidente Peña Nieto, para posteriormente realizar una visita al senado mexicano, que lo recibió en sesión solemne.
No cabe duda que el carisma del mandatario canadiense ha mostrado su popularidad entre la clase política mexicana, tan es así que su visita al senado se convirtió en el escenario para que los legisladores mexicanos se tomaran selfies con el primer ministro Trudeau, lo que hizo que su visita se equiparará a la presencia de una estrella de Hollywood.
Lo anterior hizo que la prensa se enfocara más en el efecto que causó su asistencia a la sesión de congreso entre la clase política, que en los efectos políticos y económicos que puede tener para nuestro país la renegociación del acuerdo de libre comercio de América del Norte, del cual es socio Canadá.
De las declaraciones más importantes en su comparecencia en el senado, fue pugnar por una mejora salarial, manifestó: “Los mexicanos, canadienses y estadunidenses se han beneficiado del libre comercio. Pero para tener una situación de ganar, ganar, ganar se requieren mejores normas, salarios y trabajos. Que haya mejores condiciones para nuestros ciudadanos, más dinero”. Esto mientras en su país los trabajadores de General Motors se encontraban en huelga. Al parecer la declaración de Trudeau fue para curarse en salud con los sindicatos canadienses, aparentando que defiende sus empleos. ¿Por qué no mejor propuso al gobierno mexicano trabajar juntos en un panel en la renegociación del TLCAN para de manera conjunta buscar una solución a las diferencias salariales entre los países miembros del tratado?
Es el mismo discurso que utiliza Donald Trump para acusar de injusto para Estados Unidos y sus trabajadores y empresas el TLCAN, diciendo que, en este tratado, los mayores beneficiarios son los mexicanos.
Esta visita, poco o nada sirvió a la relación entre México y Canadá, pues no se tocaron los temas de fondo, como las mineras y su afectación al medio ambiente. Tampoco se sintió un verdadero apoyo a México en la renegociación del TLCAN, al contrario, lo que parecía una empatía con la clase media mexicana, no era otra cosa que apoyar a sus connacionales por la desventaja del salario y así regresar a su país y decirle a los sindicatos, que van a defender los intereses de sus trabajadores, aunque sabe que eso ya no depende de Canadá, sino de la postura que asuma el gobierno de Trump. Ya veremos si las “selfies” de los parlamentarios mexicanos valieron la pena o solo sirvieron de foro para legitimar una posible salida de Canadá del TLCAN, como parece que lo está haciendo el gobierno de EU. Ante ese posible escenario les quedará a los negociadores mexicanos decir “más vale solos que mal acompañados”.