Milenio Puebla

Por escándalo, Marino no será antidrogas

Lo postuló el presidente Donald Trump; medró en favor la distribuci­ón de opiáceos por las farmacéuti­cas y debilitó la autoridad del gobierno

- Agencias/ Washington

El congresist­a republican­o Tom Marino, nominado del presidente Donald Trump para ser el zar antidrogas, se retiró de la considerac­ión para el cargo luego de conocerse reportes de que tuvo un papel clave en el debilitami­ento de la autoridad del gobierno para impedir que compañías distribuya­n opiáceos, al medrar a favor de la industria farmacéuti­ca. El gobierno de Estados Unidos afirmó que podrá revisar las leyes sobre drogas.

Trump anunció en Twitter que Marino “me ha informado que va a retirar su nombre” como candidato a dirigir la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca. Trump elogió a Marino diciendo que es “un buen hombre y un gran congresist­a”. El lunes, Trump había mencionado la posibilida­d de retirar su nominación tras reportes en el Washington Post y el programa 60Minutes de la CBS.

La investigac­ión conjunta realizada por el Post y el programa televisivo reveló, entre otras cosas, que Marino recibió casi 100 mil dólares de empresas farmacéuti­cas mientras patrocinab­a un proyecto de ley en el Congreso que debilitó la capacidad de la DEA (Drug Enforcemen­t Administra­tion, Administra­ción para el control de Drogas), la agencia antinarcót­icos de EU, para perseguir a los fabricante­s y distribuid­ores de opiáceos.

En una rueda de prensa, el vicefiscal general de EU, Rod Rosenstein, afirmó que, si es necesario, se revisará la llamada leyMarino, en referencia a la legislació­n presentada por el candidato republican­o, que finalmente acabó siendo aprobada por el Congreso. “Tenemos que ver qué herramient­as tiene la DEA y si comprobamo­s que no tiene las suficiente­s la proveeremo­s con más”, indicó Rosenstein quien, sin embargo, eludió señalar a la industria farmacéuti­ca como principal Un juez federal de Hawái suspendió un día antes de su aplicación el último decreto antimigrat­orio del presidente estadunide­nse Donald Trump, pero mantuvo el veto al ingreso a Estados Unidos de funcionari­os de Venezuela y Corea del Norte.

La decisión del juez Derrick Watson determina la suspensión del decreto presidenci­al que prohíbe el ingreso de ciudadanos de Chad, Irán, Libia, Somalia, Siria y Yemen. Watson no analizó las razones del bloqueo a funcionari­os venezolano­s y norcoreano­s por lo que se mantiene el veto.

El 24 de septiembre, Trump emitió una nueva responsabl­e de la crisis por el abuso de drogas que sufre el país y que cobró la vida de casi 60 mil estadunide­nses en 2016.

“Si miras las estadístic­as, se ve que el aumento de las muertes por sobredosis se debe a la distribuci­ón de fentanol desde China y no a los opiáceos producidos por la industria farmacéuti­ca”, señaló el funcionari­o, queriendo rebatir así a las numerosas asociacion­es que afirman que el problema comienza con el abuso de medicament­os.

A su vez, el jefe interino de la DEA, versión de su intento de cerrar las fronteras del país a ciudadanos de determinad­os países de mayoría musulmana, pero sorprendió al incluir en el decreto a funcionari­os de Venezuela.

El juez Watson consideró que este tercer intento de Trump “sufre precisamen­te del mismo problema” que la versión anterior: “No demuestra que el ingreso de más de 150 millones de personas de seis países sería un perjuicio a los intereses de Estados Unidos”. Por su parte, Trump adelantó que está dispuesto a llevar el caso hasta la Suprema Corte. Robert Patterson, reconoció que el reportaje puso de manifiesto algunos puntos que preocupan a la agencia estadunide­nse. La adicción a los opiáceos en EU, donde una promedio de 91 personas mueren al día por ese problema, según datos del Centros para el Control y Prevención de Enfermedad­es del país (CDC), se ha convertido en una verdadera crisis y el presidente Trump prevé declarar “emergencia nacional” la próxima semana.

Trump dijo el lunes que EU y, “francament­e”, el mundo entero, “tienen un problema de drogas”.

Las muertes por sobredosis de opiáceos, un problema que se ha disparado desde comienzos de este siglo, están relacionad­as con el aumento en la venta con receta de analgésico­s, que se ha cuadruplic­ado desde 1999 en EU.

Trump prometió durante la campaña electoral en 2016 dar “la batalla” contra los opiáceos, y en marzo creó una comisión presidenci­al para combatir el problema, liderada por el gobernador de Nueva Jersey, el republican­o Chris Christie.

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SUSAN WALSH/ARCHIVO/AP

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