PASIÓN POR EL AUTOMOVILISMO.
José Mariano Del Castillo Domínguez tuvo sus primeros acercamientos con el mundo del deporte motor desde temprana edad gracias a la afición de su padre, José Del Castillo, quien inculcó en él ese gusto por todo lo relacionado a la adrenalina y la velocida
José Mariano Del Castillo Domínguez, veracruzano avecindado en Puebla, tuvo sus primeros acercamientos con el mundo del deporte motor desde temprana edad, gracias a la afición de su padre, José Del Castillo.
Una afición transformada en pasión, puede resultar un instrumento de gran valía para quien practica una disciplina deportiva, donde la destreza nata llega a suplir la falta de experiencia inicial para así dar paso a las grandes historias, de hazañas que trascienden, justo como en la vida pretende el piloto veracruzano, avecindado en Puebla, Mariano Del Castillo.
Originario del Puerto de Veracruz, donde nació un 6 de mayo del año 2000, José Mariano Del Castillo Domínguez tuvo sus primeros acercamientos con el mundo del deporte motor desde temprana edad gracias a la afición de su padre, José Del Castillo, quien inculcó en él ese gusto por todo lo relacionado a la adrenalina y la velocidad.
“Desde que era chico veía las carreras con mi papá, algunas veces íbamos, cuando tenía como cuatro o cinco años, me subí por primera vez a una cuatrimoto, desde ahí nació la idea de hacerlo, más que verlo”.
Tras varios intentos en otras disciplinas como el futbol, el futbol americano y las artes marciales, Mariano supo que lo suyo era estar a bordo de un vehículo en cuatro ruedas, cuando a invitación de una de sus amistades, tomó parte dentro de un Campeonato Nacional de Karts en Morelos, donde a pesar de no contar con experiencia alguna, subió al bólido, decidido a iniciar su propio camino.
“Fue difícil porque siempre hemos estado un poco limitados por el presupuesto, a los catorce años tuvimos la oportunidad de empezar en el Campeonato Nacional, ahí iniciamos, a partir de ahí no lo hemos soltado. Fue una historia un poco diferente, a los catorce me invitaron al Campeonato Nacional, sin correr, fui, me probé, debuté sin experiencia, nunca me había subido a un kart y debuté ahí, fue un poco difícil porque competí contra los mejores pilotos del país, yo no tenía nada de experiencia”.
Si bien al final de dicha experiencia el resultado a él dejó satisfecho, el comienzo fue poco más que complicado, ya que su falta de pericia al frente del volante, le hizo vivir momentos de agobio, mismos que a él llevaron a pensar que había tomado una decisión errónea, poniendo a prueba su destreza mental.
“Fue muy difícil, tengo muy presente la imagen de llegar a una curva, fue en Cuautla mi debut, llegar a una curva y ver como todos me pasaban volando, yo estaba dando mi máximo, veía que todos eran siete segundos más rápidos que yo, es una diferencia abismal, entonces el sábado que fue el primer día de pruebas llegué al hotel con mi papá, estaba muy nervioso, vomité tres veces en el día, llegué al hotel y le dije a mi papá que no era para esto, que no tenía que invertir si no era bueno, fue muy difícil aprender, al final continuamos en el campeonato y fue muy bueno porque nos fogueamos con los mejores”.
Y es que de no ser por la ayuda de su padre, todo pudo quedarse en un debut y despedida, en una mera anécdota, no obstante, su convicción, pero sobre todo su deseo de lograr sus sueños, lo llevaron a tener un avance notorio y significativo que redituó en un fin de semana inolvidable.
“Tuve una plática con mi papá el sábado en la noche, él me motivó a seguir, me mostró las hojas de los tiempos, había bajado cuatro segundos ese mismo día, había mejorado mucho mis tiempos, seguía siendo lento, pero había mejorado, me motivó y me hizo continuar, además del apoyo que nos estaban dando. El domingo no fue muy diferente al sábado, no tenía la condición física y terminé en último en la primera carrera, en la segunda fue divertido, en la tercera quedé en quinto, en la cuarta también, no fue una experiencia mala”.
Nacido para triunfar
Para Del Castillo Domínguez, esa primera incursión fue la punta de lanza para establecer lazos y relaciones con personajes importantes dentro del kartismo, lo que a él abrió la puerta a diversos proyectos como el “Reto Telmex”, que a él significó llegar un año después al Campeonato Rotax, donde al igual que en su debut, se presentó en la categoría sin experiencia previa en ese tipo de vehículos, lo que no fue impedimento para subirse de inmediato al podio.
“En ese campeonato tuve la fortuna de conocer a muchas personas importantes, que día a día influyen en mi carrera, además de la experiencia que gané, eso me motivó a seguir, a ser mejor cada día, a ver la punta, querer ir por la punta, al año siguiente, en 2015, comencé a correr en el Campeonato Nacional Rotax, fue una experiencia diferente, es similar, pero cambia el motor, fue un año de preparación física que me hacía falta, un año de entrenamiento en la pista, eso es fundamental. Nunca había corrido con esos motores, nunca había entrenado con esos motores y quedé en tercer lugar”.
Su evolución en la división resultó algo paulatino, pero sumamente veloz, pues conforme transcurrieron las fechas, su estancia entre los mejores fue constante, pero cada vez mejor, lo que en tan sólo tres jornadas le permitió conquistar su primera corona, que fue el inicio de una serie de grandes éxitos.
“Para la segunda carrera en Puebla quedé en segundo, la tercera que fue en Tlaxcala, fue la primera que gané. Fue una buena experiencia porque el saber que ya era competitivo, que todo ese trabajo, fue un sacrificio valió la pena, más al llegar y darte cuenta que es un motor que nunca habías trabajado con él, que no conoces, llegar y poder hacer un buen trabajo, fue aún más satisfactorio para mí”.
El despuntar de manera casi inmediata, dio a Mariano muchas amistades, pero también rivalidades dentro de las pistas, cuestión que le hizo saber que para trascender en el mundo del automovilismo, se debe ser constante y dedicado, a pesar de que fuera del asfalto existe un gran ambiente y mucha camaradería.
“Siempre hay competidores que