Lozoya, lozoyita mío, no te olvidaré
Es lo que debe estar cantando para sus adentros el señor Santiago Nieto, el ex de la Fepade que fue echado de su cargo por la PGR debido a lo que se ha denominado como “manejo poco discreto de información clasificada” en lo que al caso de Emilio Lozoya se refiere, más aún cuando se atrevió a denunciar públicamente que el refinado funcionario, coleccionista de arte solo para conocedores, lo había presionado para dejar de investigarlo. Y con justa razón, ni modo que don Emily se hubiera dejado sobornar por la todo poderosa compañía multinacional cuyo modo de operación en muchos otros países del mundo donde ha colocado sus intereses se ha basado en buena medida en la repartición de mimos y prebendas millonarios a ciertos funcionarios clave.
Todos sabemos, porque además nos lo reiteró el licenciado Peña en su admirable alocución sobre la inexistencia de la corrupción, ese mito nada genial que trastoca la verdadera mexicanidad pura, sencilla y optimista.
Por Dios, eso nunca lo ha hecho ningún funcionario mexicano ni lo volvería a hacer.
Lo peor de todo es que a pesar de la detallada y sentida carta que dio a conocer Lozoya, donde lo único que pide es —leyendo entre líneas— que lo traten como a Ochoa Reza con lo de su extraña acumulación de taxis y obras de Frida Kahlo (y ni así lo han dejado ser socio del Club Golf México, donde se ponen más moños que el INE para aceptarle firmas a los candidatos independientes), cosa que no ha tocado ninguna autoridad por considerarlo intrascendente y de centavero. Un documento que deja en claro que jamás presionó a Nieto, a pesar de lo que andan diciendo los mal pensados sobre los métodos de su abogado, Coello Trejo, que primero amenaza con demandar y luego averigua. Nada más falso; que su pasado como procurador tenga algunos puntos dudosos, no quiere decir que se tenga que sospechar de él. Antes al contrario, su defensa de la dueña del Rébsamen como si fuera la niña FridaSofía y de los dueños del Sport Club Cantil ha sido poco menos que dulce y encantadora.
Mala onda que aún así, con todo y la boca retacada de razón de Lozoya, la Coparmex, Morena, los gemelos PAN-PRD y AMLOVE van a tratar de restituir a Nieto en la Fepade para que siga haciendo de las suyas con políticos tan simpáticos, tan agradables y tan honestos como Emilio Lozoya. No se vale.
Hasta Kate del Castillo le debería producir un documental para demostrar su inocencia. Pero sin Sean Penn, ya ven que luego agarra confianza.