El arte transforma la Central de Abasto
Artistas de varios países realizan 32 murales en ese recinto; el proyecto incluye además escultura, diseño industrial y recuperación de espacios
De los 32 murales que se realizan en la fachada de la Central de Abasto, el japonés Kenta Torii, la española Diana Bama y Aps y Meiz, ambos del Estado de México, culminaron ya sus obras. Mientras tanto, la agencia encargada del proyecto, We do Things, anuncia que se suman la escultura, el diseño industrial y la recuperación de espacios la para población migrante y de la calle.
Así, a la variedad de sonidos, colores, olores y sabores que distingue al mercado más grande del mundo, la Central de Abasto de Ciudad de México, se suman las tres primeras pinturas del proyecto Central de Muros, con el que el próximo 22 de noviembre se celebrarán los 35 años de este espacio diseñado por el arquitecto Abraham Zabludovsky.
Según el coordinador y administrador general de la Central de Abasto, Sergio Palacios Trejo, estas y otras acciones culturales tienen el objetivo de posicionar a este como “un punto de interés turístico también; del mismo modo que lo es el Gran Bazar de Turquía, el mercado de pescados de Japón o el de flores en Holanda”.
Por su parte, el artista mexicano Trasher comenta a MILENIO que su mural “es una composición de varios elementos: retomé el elemento femenino, que yo creo que es algo muy importante en las familias y en la sociedad; también algunos elementos como frutas y verduras, que podemos encontrar en la Central de Abasto, por lo que aquí puse una manzana, voy a hacer una alcachofa y pretendo meter también algunas plantas que podemos encontrar aquí”. El proyecto Central de Muros es una intervención pictórica en una superficie total de más de 7 mil metros cuadrados en 32 muros de 20 metros de largo por casi 7 metros de alto. Los diseños son de artistas mexicanos y extranjeros, provenientes de países como Japón, España, Venezuela y Colombia.
Minos, otro de los artistas mexicanos que se encuentra a poco de culminar su pintura, explica que hizo un homenaje “a la madre proveedora de la Central de Abasto, que evidentemente es la Tierra. También están los frutos, la fauna, todas las flores que de ella emanan; entonces es como un tributo a la fuente proveedora de la ciudad. Al mismo tiempo también lo es al dominio del hombre sobre la materia, que en este caso viene representada por la máquina, que es el dominio de la extracción de los minerales”.
Este es un proyecto mucho más ambicioso que busca proponer una política pública de cultura sustentable; en los próximos días iniciará el trabajo de documentar el impacto social y económico del arte en este mercado, asentado sobre 327 hectáreas con más de 6 mil bodegas y locales, de donde salen los alimentos para 25 millones de habitantes de la zona metropolitana.
Itze González, coordinadora de Central de Muros, dice que “este proyecto no solo incluye muralismo, sino que estamos hablando también de una escultura que servirá para captar agua de lluvia para sustentar la Central, así como diseño industrial y de espacios públicos para crear lugares mucho más seguros. “¿Qué pretendemos? Documentar que a través de arte y diseño las sociedades se pueden transformar al cambiar el chip del pensamiento, que con eso reducimos el índice de violencia y se genera un estado de ánimo en las personas completamente diferente. Esto repercute en una derrama económica mejor para el país”.
González explica que si la empresa más importante de pinturas en México se bajó de última hora del proyecto, siguieron en él Qualitas y Rhino, con cuyos apoyos se trabaja ahora en cultura vial, espacios para migrantes y gente en situación de calle, que son parte de la población de la Central.
Osvaldo Romero, egresado de Biología de la UNAM, explica: “Mi madre lleva aquí 30 años trabajando; ella me trajo desde los cinco años, siempre en el carrito donde ella vende mandiles para los diableros. Ahora veo que estas pinturas sí reflejan algo de lo que nosotros estamos trabajando aquí día con día”.
Las respuestas a esta colorida invasión son variadas: “Algunas son de incertidumbre y hay interpretaciones rarísimas. Una vez un niño me dijo que estaba padre la ensalada y que por qué la lechuga era roja. Pero la gente lo entiende de diferente forma, y eso es lo que busco”, afirma el artista Howses.