Debajo de los escombros, corrupción y opacidad…
Catorce reporteros de Información General de MILENIO, de un total de 38 que estuvieron en las
zonascero después del sismo de 19 de septiembre, hicieron un alto en sus actividades reporteriles nueve días después del terremoto: el 28 de septiembre formaron un equipo para realizar la necropsia de cada uno de los 38 edificios colapsados.
Se trataba de saber la historia completa de cada inmueble: cómo fue concebido cada uno, quién lo diseñó, quién lo cimentó, quién lo construyó, con qué materiales, con qué técnica ingenieril, qué autoridades permitieron su construcción, quiénes supervisaron y verificaron la obra, qué modificaciones se les hicieron a los que fueron dañados en 1985.
Varias de las historias se han ido publicando en nuestras páginas y han ido saliendo en nuestra pantalla (la semana pasada). Se seguirán publicando y transmitiendo, pero los reporteros hallaron algo: el jueves pasado, justo un mes después del temblor, publicamos que las autoridades delegacionales y del gobierno capitalino carecen de toda la información o de los datos completos sobre cada uno de esos inmuebles ( http://www.milenio.com/politica/19-smes
“Los biblioratos de los edificios derrumbados, es decir, toda la historia y registros de las construcciones, que deberían tener las delegaciones, y copia el gobierno capitalino a través de diferentes oficinas, no existen (…). Se perdieron, nunca existieron o, en el mejor de los casos, están incompletos”, redactó el equipo, e informó:
“Entre los escombros también quedó el acceso a la información: (…) las bases de datos de las secretarías y de las delegaciones”.
Al día siguiente, el viernes pasado, publicamos la continuación del asunto: por esa falta de documentación, las 174 investigaciones de la Procuraduría General de Justicia para determinar si hubo algún tipo de delito en la caída de los 38 inmuebles que colapsaron (homicidio culposo, fraude, etcétera), y en otros 112 que resultaron severamente dañados, no pueden avanzar y concluir: http://www. milenio.com/politica/datos_ completos-edificios-afectacioneshtml). De 150 construcciones cuyas historias se indagan, solo en tres casos existen documentos suficientes para determinar si hay o no delito que perseguir.
Probablemente, la mayoría de quienes cometieron actos criminales quedarán impunes, sean servidores públicos o particulares: parece ser que no hay manera de armar casos sólidos contra ellos porque no hay suficientes evidencias. Quedarán impunes y seguramente volverán a construir edificios como se les dé la gana y corromperán funcionarios de nuevo.
Aquí un día se van a caer más edificios mal hechos que nadie impidió que se construyeran. Si no se completan los biblioratos de todas las edificaciones, y no se hacen peritajes adecuados, de nuevo no sabremos quién construyó mal y quién debe pagar por eso. Ojalá que de entre los escombros surja un orden documental que acabe con la opacidad y la corrupción criminales. Si se cumple el reglamento de construcción habrá menos muertos cuando haya otro terremoto. De otra manera, prevalecerá la impunidad…