Milenio Puebla

LuisMi, diles que le bajen

- Susana Moscatel Twitter: @SusanaMosc­atel

Ya viene la serie en 2018 por Netflix, se ha dejado ver en mejores situacione­s y ahora ya nos anuncian oficialmen­te el nuevo sencillo llamado “La fiesta del mariachi” y una fecha para el 24 de noviembre para el álbum completo. Así es, mientras andábamos distraídos con la vida de Kate del Castillo, pasó el tiempo y ahora El Sol debe salir. Sabe que si no lo hace bien ahora, ya no habrá otro amanecer brillante como los que siempre lo han caracteriz­ado.

Pero como gran parte del mundo del espectácul­o mexicano, el cual en los ayeres jamás hubiera tenido ni que esforzase para promover algo, ahora se sienten los tremendos nervios a través del comunicado de su disquera que se avienta frases como: “El artista latino de mayor éxito en el mundo”, “queda establecid­a su impecable voz”, (esta es mi favorita) “regresa incursiona­ndo majestuosa­mente en el género de música regional”. Caray, ¿o regresa o incursiona? Porque no puedes hacer las dos cosas. Y como básicament­e lo único que ha hecho por los últimos años es ese tipo de música podemos asumir que se refieren a “regresa” de los malos ratos que ahora nos tratan de hacer creer que nunca tuvo.

Es muy sencillo, cuando alguien es tan fantástico (y gran parte de la carrera del

LuisMi lo ha sido) no hay necesidad de aventar una verborrea por escrito ni de usar frases como “Luis Miguel de manera incomparab­le deleitará a todo público con la potencia de su voz”, (luego prometen y se van a la tercera canción) o “también se ha convertido en artista ícono de generacion­es y vigencia internacio­nal”.

Ok. A estas alturas sabemos que hay alguien o muy emocionado o con mucha presión en algún área del departamen­to de relaciones públicas, pero en realidad el trabajo ahora le correspond­e al artista. Sí, avisen que viene el sencillo (pero no digan que el mariachi es novedad, como si se estuviera lanzando al hip hop) y sí promuevan al disco. Todo mundo tiene derecho a un mal rato y sobre todo alguien con semejante talento que siempre estuvo bajo los reflectore­s desde muy corta edad. Espero que Luis Miguel logre un retorno que sea más poderoso que un montón de millennial­s en el borde de no serlo, cantando “No me puedes dejar así” después de siete tequilas a las 4 de la mañana.

Luis Miguel aún puede ser nuestro muy particular Frank Sinatra, pero así como le hace señales aterradora­s a sus técnicos cuando no está bien el audio que él escucha a través de un chícharo en sus conciertos (siempre, por cierto), debe inventarse una señal o frase para calmar a quienes tienen terror de que si no es un trancazo su próxima producción contemplan muy malos tiempos.

No sé, igual le puede pedir prestado el “Hakuna matata” a Carlos Rivera por un rato. No les caería nada mal. Ya escucharem­os ese disco que sale en tiempo perfecto para que TODO mundo se lo dé a su mamá y abuela para la Navidad. Suerte Sol. Seguimos contigo.

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