Crisis en Estados Unidos por las drogas
El presidente Trump declaró una emergencia nacional de salud pública por el consumo de opioides medicinales —¿complicidad de empresas farmacéuticas?— e ilegales —sobre todo heroína—, que generó más de 35 mil muertes de las 60 mil ocasionadas por las drogas durante 2016.
Las estadísticas señalan que 142 individuos mueren a diario por sobredosis, cifra superior al total de fallecidos en accidentes automovilísticos y homicidios por arma de fuego.
Una encuesta reciente del Pew Research Center señala que 46 por ciento de los estadunidenses refirió tener un familiar o amigo que ha sido o es adicto a las drogas, sin que existan diferencias significativas entre blancos, hispanos y afroamericanos. Asimismo, más de 67 por ciento coincide en que a los adictos se les debe tratar y ayudar más que perseguir y encarcelar.
Sin duda, el problema es muy grave, pues se calculan más de 25 millones de consumidores de drogas y solo 10 por ciento estaría recibiendo algún tipo de tratamiento.
Con este panorama no es raro que Estados Unidos sea el mercado más grande del mundo y las cifras impresionan: hay estimaciones de que los consumidores erogan 100 mil millones de dólares al año en mariguana, cocaína, crack, heroína y metanfetaminas.
Si en verdad el aprendiz tiene el propósito de revertir esta realidad, como gran empresario que se jacta de ser y más allá de repartir culpas fuera de EU, tendría que reconocer contundentemente que la clave es reducir la demanda con más y mejores programas de prevención, educativos y terapéuticos, a la par de implementar estrategias eficaces para desarticular las cadenas de distribución y comercialización de drogas que, según parece, funcionan como relojsuizo en territorio estadunidense.
Y es que no recuerdo algún comentario suyo, con la virulencia y el rigor con el que reclama a México mejores resultados contra el narcotráfico, dirigido a denunciar a los “bad hombres” que operan dentro de Estados Unidos, seguramente muchos de cuelloblanco, moviendo y lavando esas sumas estratosféricas de dólares; ni tampoco lo ha hecho contra aquella jugosa industria que inunda al vecino del sur con armas que van a parar a las manos de productores y traficantes, todo lo cual le da enorme viabilidad al negocio.
México ha hecho grandes y dolorosos esfuerzos para desarticular organizaciones criminales; pero mientras subsista la demanda estadunidense no habrá muro ni obstáculo que frene la oferta y las drogas seguirán arribando a la Unión Americana por cielo, mar o tierra y desde los cuatro puntos cardinales. El negocio es formidable y las economías ilegales muy rentables por la impunidad…