Eduardo Rivera está “activo”
Donde está el semáforo en “Alerta Amarilla” es en el Partido Acción Nacional (PAN), porque la “actividad” del ex alcalde poblano, Eduardo Rivera Pérez, puede hacer “erupción” en la ciudad capital.
Valga esta comparación para ubicar la importancia en las decisiones políticas que asuma el PAN y los partidos de la eventual coalición electoral local, respecto a quién postularán a la alcaldía poblana.
El partido gobernante y sus aliados en el estado tienen muy claro el reto y la meta en las elecciones locales de 2018: ganar la gubernatura, la fórmula al Senado, la alcaldía de la capital del estado (entre otras metropolitanas) y la mayoría en el Congreso del estado.
Sin embargo, por ahora, su preocupación es el ex edil panista, quien envió el mensaje a la dirigencia albiazul, a través de los medios de comunicación, al informar del acercamiento que tiene con el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) del presidenciable Andrés Manuel López Obrador.
Si bien se resolvió en el Consejo Estatal de Morena que se cumpliría el principio de género y paridad de candidatas, reservando la ciudad de Puebla para cubrir la cuota de género, lo que impediría la postulación de “Lalo” Rivera, empero, no tendría impedimento.
Basta con que el dueño de Morena, López Obrador, decida quién será el abanderado de Morena para la alcaldía poblana, pasando por el arco del triunfo un acuerdo de equidad de género de los consejeros.
Rivera Pérez, como candidato de Morena a la alcaldía poblana, sí sería un verdadero problema para Acción Nacional, porque les quitaría votos, y muchos, con el riesgo de perder, porque AMLO ha ganado elecciones en Puebla capital.
El ex presidente municipal panista no tendría ninguna dificultad jurídica para ser postulado, porque el proceso en su contra y la inhabilitación a ocupar un cargo de elección popular, solo se aplicaría en el caso, obviamente, de que gane.
Un escenario nada deseable para el PAN y sus aliados es perder la elección en la capital del estado, y en el caso hipotético de ser el triunfador Eduardo Rivera, sería una verdadera “erupción” política.