El ocaso de Socorro Quezada
La historia política de Socorro Quezada Tiempo, no es la de un final feliz, ni tampoco un tropiezo en una prometedora carrera política partidista.
Echada de su militancia y de la dirigencia estatal del PRD, la legisladora culmina una cadena de yerros e incongruencias políticas.
El ADN contestatario y de activista ochentera, no le permitió crecer ni estar a la altura de las grandes ligas.
Quezada Tiempo protagonizó actitudes infantiles en su quehacer en la contienda política contra sus adversarios, que rayaron en lo demencial, como ocurrió en su enfrentamiento con el ex gobernador.
Nunca mostró madurez, talento ni profesionalismo y sus incursiones en la tribuna del Congreso local, con dificultad alcanzaron el nivel de concurso de oratoria de preparatoria. En tanto, las arengas callejeras de bajo nivel, como activista anarquista, reflejaron su (de) formación.
Una de las incongruencias políticas de la ahora ex dirigente estatal del PRD fue terminar en las redes del sistema de partidos políticos electoreros, los que siempre detestó como activista universitaria.
Aliada con un político ex priista de cañería, como lo es el virtual abanderado de Morena a la gubernatura, Quezada Tiempo mostró el tamaño de su debilidad ideológica y novatez política.
Mostró la falta de ética política y personal porque, siendo militante y dirigente de un partido político, respaldó a otra agrupación política como Morena, al pronunciarse públicamente por las candidaturas de Andrés Manuel López Obrador y Luis Miguel Barbosa Huerta.
Lo de la virtual ex perredista Socorro Quezada no es un caso solo de deslealtad, sino de incongruencia política.
Es legítimo incidir en el debate interperredista respecto a las alianzas electorales, en la disyuntiva de elegir entre Morena y el PAN, pero lo censurable es perder el debate y traicionar a un partido donde milita y dirige, al utilizarlo a favor de las causas de López Obrador y Barbosa Huerta.
Con toda dignidad, con la frente en alto, Quezada Tiempo debió renunciar a su militancia y a la dirigencia del PRD, para adherirse a Morena, que no es lo mismo a ser echada a patadas por traición.