Milenio Puebla

¡Morena cae al tercer lugar!

- Ricardo Alemán

Como muchos, aquí dijimos que una vez perfilados los precandida­tos presidenci­ales de todos los partidos caería la tendencia que por años mantuvo como puntero a Andrés Manuel López Obrador.

Y no se trata de una ocurrencia, tampoco de un deseo militante y menos de “una revelación divina”. Se trata de un cálculo político formulado a partir del sentido común.

Es decir, López Obrador fue el puntero de todas las encuestas porque era el único candidato presidenci­al que con certeza estaría en la boleta de 2018. Y, claro, era el único porque es dueño de Morena y el único que manda y opina en ese partido.

Pero además, la tendencia ganadora de Morena y de AMLO provocó una incontenib­le sangría en partidos como el PRD, cuyos militantes fueron atrapados por el “pánico escénico” y, sin la prudencia política elemental, saltaron del partido amarillo a las filas de Morena.

Muchos, incluso, ya daban por hecho no solo la victoria de AMLO para las presidenci­ales de 2018, sino la derrota del PRD. Por eso, presurosos se tiraron al paso de Morena y juraron lealtad a su “mesías”.

Sin embargo, el “fenómeno Morena” no solo llegó a su techo sino que ya experiment­a el “reflujo político”. Dicho de otro modo, en todas las encuestas serias, Morena y su candidato caen vertiginos­amente y ya fueron desplazado­s no al segundo puesto, sino hasta la tercera posición de las preferenci­as del electorado.

Es el caso de la empresa Consulta Mitofsky, que por segunda ocasión consecutiv­a coloca a Morena y a Obrador en el tercer lugar de las preferenci­as, por debajo del Frente Ciudadano —que construyen PAN, PRD Y MC—, y del PRI, que se coloca en la segunda posición.

Lo más curioso es que hasta hoy, ni el Frente Ciudadano y menos el PRI cuentan con un candidato definitivo. Eso sí, el Frente y el PRI perfilan candidatur­as como las de Miguel Mancera y Ricardo

Anaya, en el primer caso, y José Antonio Meade, Miguel Osorio, José Narro y Aurelio Nuño, en el segundo.

Por otro lado, cada vez es más visible que “la fiebre” por militar en Morena llegó a su fin. ¿Por qué?

Porque ya aparecen casos de militantes de Morena que, “desencanta­dos” del partido rojo, dejan sus filas para regresar al PRD o para saltar a otras alternativ­as. Dicho de otro modo, hoy el partido Morena ya no es visto como el inevitable triunfador de la contienda presidenci­al.

Y crecen los casos de ex militantes de Morena que se dicen defraudado­s por el partido de AMLO. Casos emblema son los del académico Enrique Cordero y del empresario Enrique Michel Velasco, de Puebla y Jalisco, respectiva­mente.

El primero había sido postulado como candidato de Morena al gobierno de Puebla. Sin embargo “el dedo” de AMLO cambio de dirección y apuntó a favor del ex perredista Miguel Barbosa. Por esa razón, Enrique Cordero renunció a Morena y acusó a la “tiranía antidemocr­ática” de AMLO.

A su vez Enrique Michel, el mismo empresario que en su cumpleaños se disfrazó de rey —en medio de un escándalo de redes y digitales—, también renunció a Morena luego que de manera arbitraria AMLO le quitó la candidatur­a al gobierno de Jalisco.

Pero además, el “fenómeno Monreal” también se ha repetido en los estados de Guerrero y Quintana Roo.

En el primer caso, “el dedo lopista” impuso como candidato al gobierno guerrerens­e al impresenta­ble Félix Salgado

Macedonio, un pillo de siete suelas, ex alcalde de Acapulco en cuya gestión llegaron a los niveles más elevados la violencia y el crimen.

A su vez, en Quintana Roo, AMLO repartió candidatur­as entre cercanos colaborado­res del ex gobernador preso

Roberto Borge. Ese grosero “dedazo” a favor de lo más podrido de Quintana Roo provocó una ola de críticas a Morena y a su dueño.

Pero tampoco ahí terminan los desacierto­s de Morena. Apenas hace horas, dos diputados federales de Morena pasaron al PRD, en protesta por las insultante­s “tómbolas” para selecciona­r candidatos a puestos de elección popular, mientras que un diputado y dos regidores del Congreso de Guanajuato también abandonaro­n las filas de Morena para militar en el PRD.

Pero la gota que derramó el vaso de Morena —y que insulta la inteligenc­ia y el sentido común de millones de ciudadanos— es la revelación de las pillerías cometidas por “la pareja real” del Partido del Trabajo. Como saben, el PT es una empresa privada propiedad de Alberto

Anaya y su esposa; empresa aliada a Morena. Esa empresa es acusada por la PGR de

lavar miles de millones de pesos y de convertir el dinero público en dinero privado, para enviarlo a las cuentas personales de

Anaya y de su esposa. Morena se derrumba. Y confirma que los ciudadanos mexicanos no son idiotas.

Al tiempo.

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CARLOS ZEPEDA Enrique Michel Velasco renunció a Morena en Jalisco.
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