Milenio Puebla

Mis huaraches han viajado por el mundo: Ricardo Pedro Pablo

- FERNANDO FUENTES ferfuentes­mty@hotmail.com

“De dónde vengo, de mi natal Tuxtepec, Oaxaca, hay una regla, me atrevería a decir una ley: naces pobre y mueres pobre”, estas fueron las palabras del principal orador Ricardo Pedro Pablo, que retumbaron las paredes del MIDE, al recibir el Premio Nacional de la Juventud 2017 que otorga el Imjuve.

Funcionari­os, invitados y periodista­s, nos quedamos en silencio, atrapados en nuestro espacio escuchando y observando a Pedro Pablo, destacado alumno mexicano en Química del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts (MIT), una de las tres universida­des más importante­s del mundo, quien tiraba cada palabra como una piedra que nos tambaleaba de nuestros lugares: “Mi madre y padre son indígenas de Oaxaca. Nací de un parto natural en casa de mis abuelos en La Mina, pero fui registrado en Morelos. Desde pequeño no he sido ni de aquí ni de allá, mi infancia la pasé entre Morelos y Oaxaca ( ) De niño vendí limones, aguacates y frutas en La Mina. Crecí sin mi papá y mi mamá tenía que fregar los pisos para mantener a sus seis hijos. Sé lo que es tener hambre y sé lo que es tener un bolillo y un vaso con agua. Sé lo que es tener a la familia separada, nunca me he sentado con mis cinco hermanos juntos, todos han migrado en distintos momentos”.

Ricardo Pedro Pablo, egresado de la Facultad de Química de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM), continuó leyendo sus tres hojas de papel: “En la primaria me dediqué a trabajar en el campo, como desde chico mi abuelito me llevaba. En la secundaría trabajé de canastero, ayudando a cargar las bolsas de las personas. No aprendí zapoteco, por la lejanía con mis padres y abuelos, y porque mi madre siempre se rehusó a enseñarme, para evitarme problemas de discrimina­ción. Vivimos en un mundo y un país con la mala costumbre de juzgar a las personas por su forma de vestir, hablar y por el color de su piel”.

“Alguien se burla de mis huaraches, estos con los que hoy vengo. Me dicen indio huarachudo, yo les contesto: ‘Mis huaraches han viajado por el mundo, son el ejemplo de ir de un lado a otro por la vida es cargar sus raíces, de aquí para allá. Mis huaraches me los regaló mi abuelita, hace cuatro años, antes de que ella muriera, están por romperse, pero hoy los uso’. Tuve que partir de la tierra que me vio nacer, persiguien­do el anhelo de tener una educación. La idea surgió de mi madre, a quien admiro porque a pesar de no saber leer, ni escribir, ni hablar bien el español, siempre me apoyó para estudiar, tener más oportunida­des y salir de pobre. Ella me vistió, bordó esta camisa tan chida que hoy traigo”.

Para este momento, solo atinamos a aplaudir a Ricardo, ejemplo para muchos jóvenes mexicanos que nunca deben cesar de luchar por conseguir sus sueños, que todo lo que se propongan en la vida a pesar de todos los obstáculos, pueden lograrlo. Al término, le estreché la mano aún emocionado por sus bellas palabras. *Premio Nacional de Periodismo 2008 y 20016. Premio México de Periodismo 2013. Director de la revista Medicina Científica.

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