Milenio Puebla

Shell marca el retorno del sector petrolero

La angloholan­desa restaura su dividendo totalmente en efectivo y avala una recompra de acciones por 25 mil millones de dólares

- Andrew Ward/ editor de energía

Royal Dutch Shell restauró su dividendo totalmente en efectivo y le dio el visto bueno a una recompra de acciones por 25 mil millones de dólares, en una señal de que regresa la fortaleza a la industria del petróleo después de tres años de tensión financiera.

El grupo angloholan­dés dijo que cancelará su programa de dividendo por acciones (scrip dividend) —en el que le paga a los inversioni­stas con acciones en lugar de efectivo— a partir del cuarto trimestre de este año.

El regreso de los pagos totalmente en efectivo marca un hito importante en la recuperaci­ón del sector petrolero desde una crisis brutal. El dividendo de alto rendimient­o de Shell es una de las fuentes de ingresos más grandes para los inversioni­stas en el FTSE 100.

Al igual que la mayoría de los grandes grupos petroleros europeos, Shell introdujo el dividendo por acciones después del desplome del precio del petróleo en 2014 para reducir las salidas de efectivo, pero a costa de diluir las acciones existentes.

BP dijo el mes pasado que comenzará la recompra de acciones para compensar el debilitami­ento del valor de los títulos debido al dividendo por acciones, y Shell el martes fue más allá al cancelar totalmente ese tipo de programa.

Ben van Beurden, su director ejecutivo, también reiteró su compromiso, que hizo en el momento en que Shell adquirió a su rival BG Group por 50 mil millones de dólares, para volver a comprar 25 mil millones de dólares de acciones para finales de 2020.

Las compañías petroleras se mueven para volver a centrarse en mejorar los rendimient­os de los accionista­s después de pasar gran parte de los últimos tres años en una lucha por evitar recortar los dividendos.

Las fuertes reduccione­s de costos y la recuperaci­ón de los precios del crudo, para llegar a estar por encima de 60 dólares por barril, trajo un aumento en la rentabilid­ad en Shell y en sus rivales este año.

El martes, en una presentaci­ón con inversioni­stas en Londres, Shell estableció el objetivo de generar entre 25 mil y 30 mil millones de dólares de flujo libre de efectivo anual para 2020, con el supuesto de un precio de petróleo de 60 dólares por barril.

Esto es un aumento de 5 mil millones de dólares en comparació­n con la guía anterior, lo que llevó a Jason Gammel, analista de Jefferies, a comentar que Shell tenía el “perfil de flujo de efectivo más resistente” entre las grandes petroleras europeas.

La fortaleza de la recuperaci­ón de Shell le ofreció cierta reivindica­ción a Van Beurden por su decisión de seguir adelante con la adquisició­n de PG durante la parte más dura de la crisis ante el escepticis­mo de los accionista­s.

Simon Gergel, director de inversione­s anunció en octubre una adquisició­n de títulos por la baja en su valor costos y la recuperaci­ón del precio a 60 dólares, impulsos a la industria de valores de Reino Unido de Allianz Global Investors, dijo el martes que “la compra oportuna de BG muy cerca del final del ciclo del precio del petróleo” comienza a rendir frutos.

Un programa de desinversi­ón de 30 mil millones de dólares que comenzó después del acuerdo de BG para reducir la deuda “casi se cumplió” un año antes de lo programado, dijo Shell, con 25 mil millones de dólares de ventas completada­s o acordadas y 5 mil millones más en “con un gran avance”.

Esto colocó su ratio de deuda neta a capitaliza­ción, que a finales del tercer trimestre fue de 25.4 por ciento “a la vista” de su objetivo de 20 por ciento.

La disciplina de gasto se va a mantener, dijo el grupo, con una directriz para el gasto anual de capital sin cambios en un rango de entre 25 mil y 30 mil millones de dólares al año.

En una señal del cambio acelerado en la industria de energía, Van Beurden dijo que la proporción asignada a los proyectos convencion­ales de petróleo y gas se reducirá ligerament­e mientras que el presupuest­o para las inversione­s de “nueva energía”, como la renovable, aumentará entre mil millones de dólares y 2 mil millones en comparació­n con mil millones de dólares anteriorme­nte.

Shell también estableció un nuevo objetivo de reducir 20 por ciento la huella neta de carbono de sus productos de energía —que se expresa en gramos de dióxido de carbono por megajoule consumido— para 2035 y a cerca de la mitad hacia 2050.

El grupo realiza un cambio en las inversione­s hacia el gas natural —la forma de los combustibl­es fósiles con menor emisión de carbono cuando se quema— energía renovable, y otro tipo de tecnología­s limpias, como la infraestru­ctura para la recarga de los vehículos eléctricos.

Al compromete­r a Shell a apoyar el Acuerdo Internacio­nal de París sobre las reduccione­s de carbono, Van Beurden dijo: “Podemos adaptarnos y vamos a adaptar nuestro negocio”.

Las reduccione­s de

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SHUTTERSTO­CK Pese a desconfian­za del mercado, la empresa adquirió a su rival BG durante la crisis.

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