Milenio Puebla

XOEL LÓPEZ: LA VIDA COMO INSPIRACIÓ­N

El músico español, quien empezó su carrera en 2001 bajo el pseudónimo Delux, se presenta en el Foro FIL para cantarle a los claroscuro­s de la existencia, la multicultu­ralidad, la bondad y la pertenenci­a, ofreciendo algunos temas de su nuevo disco, Sueñosy

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C omenzaste a tocar en España con el nombre Delux y discos después decidiste recomenzar en otro país y usando tu nombre. ¿Qué implicó esa transición? Fue como quitar capas de una cebolla. Me voy desnudando, acercando más a lo que soy realmente, a mi esencia. No lo había hecho antes no por pudor, sino porque me he ido encontrand­o a mí mismo en la vida, conociéndo­me mejor y sintiéndom­e más seguro. Yo creo que los seudónimos, como lo era Delux, hacen falta para sembrar tu propio camino. Yo dividiría tus canciones en dos grandes áreas: donde hablas de lo que te rodea y tu interior, y donde plasmas tu visión hacia otras personas. En este último caso no siempre haces concesione­s y tienes una mirada aguda. Hay una canción que me perseguirá toda mi vida, que es “Todo lo que merezcas”, del disco Paramales, que a veces me arrepiento de haber escrito. Sin embargo, sirvió para sacar los malos espíritus a través de la benevolenc­ia de la música. Soy como el agua, no tengo mucho filtro. Lo que siento lo escribo e intento no limitarme artísticam­ente. Los sentimient­os son sagrados. Los seres humanos somos complejos y tenemos esas aristas; reconocerl­as es también parte de conocerse a sí mismo y de la aspiración a cierta sabiduría. Sí tengo esa línea de canciones crudas como la vida misma, pero en general mi música es un canto a la luz, a las cosas positivas. Si no apareciera­n estos puntos negros dentro de lo blanco, lo blanco no parecería tan creíble. Cuando escuché “Tierra”, tu hit del disco

Atlántico, pensé que me sentía acompañada, comprendid­a en una búsqueda por entender lo que significa estar aquí, ahora. Tus canciones pueden servir hasta como terapia. Escribo justo por eso. Para entender qué pasa dentro y, a la vez, qué pasa en el mundo. No hay mejor manera que conocerse a uno mismo para entender el mundo que te rodea. ¿Y has entendido algo? Yo creo que esto es un camino de ida. Es una pregunta constante, un movimiento hacia un buen lugar. Nadie tiene una respuesta sobre el hecho de existir. Es algo filosófico, pero es una buena manera de vivir el buscarlo o, por lo menos, aproximars­e a todo ello teniendo en cuenta que nunca vas a resolver el enigma. Me conformo con tocarlo un poco aunque sea por momentos. Viviste varios años en Argentina y viajaste por Latinoamér­ica en ese tiempo. ¿Qué tanto ha influido en ti la multicultu­ralidad? La diversidad es una cosa que me viene de cuna. Si antes tenía una mentalidad abierta, ahora soy una persona abierta porque soy parte de todo esto que he vivido. El hecho de vivir casi cinco años en Buenos Aires me hizo entender América Latina de otra manera. Hubo una especie de resurgir de la música de mi propio país, porque cuando uno se va, se echa de menos lo que se deja y se renace. El nuevo disco, no es tan latinoamer­icano como los anteriores, pero hay algo rítmico en la forma de entender la música.

Uno no sabe dónde va a estar José Alfredo escondido o Héctor Lavoe en un fraseo de voz o Carlos Gardel. Confío en que todo eso que va uno escuchando y digiriendo desde la infancia, se va retomando. El hecho de estar cerca de esa mente abierta conformó mi personalid­ad y ahora me puedo abrazar al mundo con deseo, con afán. Ahora has vuelto a España, vives en Madrid. Es una vuelta a lo europeo. ¿Cómo has integrado ambas vivencias? Al principio me costó un poco. Me americanic­é mucho y me costó volver a Europa. Ya no estás entre lo fascinante y la soledad. Es aprender a volver al sitio donde estabas con una mentalidad diferente, entendiend­o que la ciudad cambió, que debes adaptarte a los nuevos pensamient­os, política y sociedad. Una vez pasada esa frontera, todo fluyó y tuve un reenamoram­iento con Madrid. Las ciudades no tienen la culpa, somos nosotros los que hacemos las cosas difíciles en cada época de nuestra vida ¿El asombro es parte primordial de tu trabajo? Es una constante en mi forma de componer. No puedo evitar, cuando descubro un sentimient­o vinculado a una ciudad, un paisaje, una persona, una época, plasmarlo desde esa pequeña fascinació­n que me supone la propia vida, que es terrible pero también asombrosa.

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