ay dos clases de gente malvada y miserable en México: los del Tribunal que se tomaron ocho meses en darse cuenta de que Alejandra Barrales estaba dobleteando como senadora del PRD y señora presidenta del PRD (al parecer también les molestaba que estuviera al frente del Frente) y ahora ya la obligan a renunciar a la jefatura del partido del sol azteca; y aquellos que ante la fotografía del dotor
Mit caminando por las calles del Centro mientras a su lado yace un mendigo sin que se detenga a ayudarlo lo acusan de ser un tecnócrata salinista que ni cash traía, como Zedillo. No se vale.
Por un lado, todos los mexicanos sabemos que no se puede atentar contra el sano deporte nacional del dobleteo, piedra angular de la economía mixta para alcanzar cacomixtle, que nuestros grandes funcionarios particularmente practican de manera harto profesional. Abjurar contra el dobleteo o tripleteo es como pegarle al Eterno. No sé por qué me quieren linchar a doña Alejandra como si le hubieran encontrado otros departamentos en Miami.
Y justo cuando el Frente está en su mejor momento, convertido en el punchingbag de los panistas RBD’s que no pueden estar más ardidos (ese threesome entre Lozano, Zuarth y Cordero es el mejor producto de los laboratorios de conciencias descompuestas del trukulento Jelipillo), los esfuerzos de Mancera por torpedearlo para quedarse con la candidatura del PRD (¿no sería mejor que don Miguel Ángel luchara por combatir la criminalidad, a menos que quiera que la CdMx rompa los récords de Yunes en Veracruz?), y los señalamientos de que Ricky
Ricón quiere ser el Maduro del PAN. Como quiera que sea, por el otro lado los eternos críticos del sistema no saben que la verdadera historia de esa foto es que en su infinita bondad, don Pepe Toño en realidad adoptó al indigente, le dio una habitación en su CasaBlanca —si eres realmente miembro de esta administración y careces de una casa aunque sea en Malinalco ni siquiera te alcanza para ser del gabinete ampliado— y antes de convertirse en candidato indiscutible del noble y probo partido tricolor, lo sacará a pasear como ejemplo del triunfo contundente e inobjetable de las reformas estructureichon. Pobre dotor Mit, lo atacan más solo porque hasta los salieris del PRI le quieren poner casa aparte. Ahí tenemos al
Güero Castañeda que sigue insistiendo que el autodenominado “Gladiador” se hizo de la vista gorda en Hacienda y en Pemex dejó vivo a Robero Deschamps. O a aquellos que les molesta que se haya reunido con Osorio Chong en una comida que casi ni parecía arreglada, solo para entregarle su playera del Cruz Azul. O peor aún, los que le endilgan la manufactura del Fobaproa y el gasolinazo que, como bien sabemos, fue una medicina dolorosa pero necesaria para que los pobres no le quitaran ni un centavo a la plutocracia sin efectivo.
Si Ruiz Esparza insiste que es inocente del socavón de piedra socavón, debe ser cierto.
** Saca su matraca. m