¿Qué estamos haciendo nosotros?
E l consumo de mariguana en el sector de adolescentes en México se ha duplicado en sólo cinco años, reveló la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2016/17 que recientemente dieron a conocer las autoridades del sector y que sin duda es un documento digno de analizarse con cuidado y puede ser consultado públicamente: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/ DE_ DROGAS.pdf.
Lo que antes era una hipótesis, sobre la posibilidad de que aumentara el consumo de mariguana en el país ante las modificaciones al marco legal, ahora son una realidad, como lo es también el hecho de que los adolescentes entre 12 y 17 años han duplicado de igual manera el consumo de alcohol del 2011, fecha en que se había publicado la última ENA, a 2016 en que se realizó este estudio.
¿Será qué ahora sí nos caerá el veinte de lo que estamos haciendo como sociedad? ¿Será que dejaremos de responsabilizar a otros y de decir que “es normal porque todo mundo lo hace”? ¿Teníamos que esperar las cifras ofi ciales para aceptar una realidad evidente que quizás no queríamos ver? ¿Qué estamos haciendo nosotros?
Las cifras con frías y elocuentes. Mientras algunas otras drogas como la cocaína casi no tuvieron variación en el índice de consumo, la mariguana y el alcohol, sobre todo en jóvenes, se ha disparado y en una elemental ecuación matemática, al haber más consumidores, habrá más adictos, la enfermedad crecerá y como sociedad tendremos que reaccionar ante un creciente tema de salud pública.
¿Es esto lo que deseamos para nuestros jóvenes? ¿A pesar de la evidencia científica que demuestra que el cannabis es adictivo y nocivo para la salud, seguirán algunos sectores defendiendo el consumo bajo el argumento de que cada quien es libre de su individualidad? ¿Seguimos así o nos ponemos a reflexionar lo que estas cifras y su tendencia en crecimiento nos dejarán en los próximos años?
En mi caso, soy de los que suscribí la hipótesis de que el consumo aumentaría y de que con ello habría más adictos, sin necesidad de esperar una investigación estadística como la que sin duda nos da una gran luz de nuestra realidad como país, sino simplemente por el pulso del tipo de pacientes que están llegando a consulta y el tipo de problemas que presentan.
Si algunos de los efectos nocivos de la marihuana son psicosis, pérdida del sentido de la pertenencia, aislamiento, alucinaciones, delirios y anhedonia, ¿queremos una sociedad con estas características? ¡Son preguntas!