La vida sin los arquitectos sería aburridísima, dice el ingeniero Óscar de Buen
Ha enriquecido el patrimonio inmueble de México y lo ha salvaguardado: Lidia Camacho
Estos homenajes me gustan mucho, los agradezco a todos, pero me sorprenden: me huelen un poco a homenaje prepóstumo, expresó el ingeniero estructuralista Óscar de Buen López de Heredia (1925), minutos antes de recibir la Medalla Bellas Artes de manos de Lidia Camacho, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Ante una sala llena de familiares y amigos, De Buen, desbordando un gran humor, dijo creer que le daban “la Medalla Bellas Artes por su labor en la arquitectura ya que un buen número de arquitectos están reconociendo precisamente su obra arquitectónica como una de gran nivel”.
Al hacer uso de la palabra, justo al final del homenaje, manifestó que “el hombre miente mucho, pues sí, aquí se han dicho muchas mentiras sobre mí, pero las agradezco, en particular al jurado que me eligió: todavía no sé por qué, pero bueno, me dan la Medalla Bellas Artes a mí”.
Entre bromas y risas, precisó que durante este homenaje no se habló del papel “que hemos desempeñado en el despacho, así como en la revisión y recuperación de muchos edificios importantes, como el de Bellas Artes, el Correo Central, el Banco de México y la Columna de la Independencia”.
Indicó que siempre se ha llevado muy bien con los arquitectos, aunque discuta con ellos. “En el proyecto de un edificio la voz cantante la lleva y la debe llevar el arquitecto, es el que hace el proyecto general y el que controla a un grupo de especialistas que contribuyen a materializar la obra o el proyecto. Pero el arquitecto se apoya en mucha gente. Yo siempre he pensado que los arquitectos me han hecho pasar muy malos ratos, pero que la vida sin ellos sería aburridísima. También he pensado que los arquitectos no pueden vivir sin los ingenieros; en cambio, los ingenieros sí podemos vivir sin los arquitectos, aunque haríamos puros edificios horrorosos”.
Destacó que, ahora con la tendencia arquitectónica moderna, la importancia del ingeniero estructural se vuelve cada día y cada vez más grande.
En el homenaje al ingeniero, Lidia Camacho, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, manifestó que es un reconocimiento a la trayectoria profesional del ingeniero de Buen, durante la cual no solo ha enriquecido el patrimonio inmueble de México, sino que ha contribuido de manera cabal a salvaguardarlo. “En siete décadas de ejercicio, las soluciones estructurales del ingeniero De Buen han sido fundamentales para el desarrollo y la materialización de los ideales creativos de varias generaciones de arquitectos”.
La comunidad de arquitectos distinguen en él cualidades inapreciables de solidez técnica, sensibilidad estética y respeto a las propuestas arquitectónicas de sus creadores, así como a un espíritu dispuesto al trabajo interdisciplinario. El prestigiado despecho Colinas de Buen ha sido protagonista en la construcción del México Moderno y Contemporáneo, pero también de la preservación de nuestra memoria; entre sus logros se cuentan los estudios para la restructuración de edificios tan importantes y tan emblemáticos como el Palacio Nacional, el Palacio de los Deportes, la Columna de la Independencia, entre muchos otros.