Hacienda tuvo que lidiar con una clase política dolida y dividida que, cuentan, no le aplaudió
El ex titular de
José Antonio Meade aseguró que la mujer que compite bajo las siglas del PRI, “gana”. “Le va bien”. A ellas, dedica ocho de los 12 minutos que dura su discurso antes las fuerzas vivas del Revolucionario Institucional. Las define como “entronas, ejemplos de esfuerzo y desarrollo”.
Todo esto ante la notoria ausencia de la ex gobernadora de Yucatán y principal opositora del “dedazo” dentro del tricolor, Ivonne Ortega.
En su sexto día de actividades, Meade reconoció que uno de los principales legados del presidente Enrique Peña Nieto será la ley que impulsó para que 50 por ciento de las nominaciones a cargos de elección popular sea para mujeres.
Pero en el partido que ahora impulsa su aspiración presidencial ni siquiera permitieron eso, no dejaron que la diputada federal compitiera en la elección interna.
Aunque luego de inscribirse como “aspirante simpatizante” a la Presidencia y de reunirse con la yucateca —según difundió su equipo de comunicación—, ella acordó “apoyar a Meade” y le ofreció “unidad”, lo cierto es que en su primera visita al bastión de Ortega no fue requerida, o bien, no quiso presentarse.
De acuerdo con algunos de sus colaboradores, “la están haciendo a un lado”, mientras que sus opositores en la entidad afirmaron que “estuvo bloqueando el evento del precandidato”.
Meade tuvo que lidiar con una clase política dolida y dividida, cuentan que en el desayuno que tuvo con priistas, donde estuvo presente el gobernador Rolando Zapata; el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, y el recién ungido aspirante al Ejecutivo local, Mauricio Sahuí, no le aplaudieron, por lo que Meade pidió más energía en la ovación.
Esto fue lo que lo llevó a preguntar al inicio de su discurso en la Feria Xmatkuil: “¿Se puede ganar en Yucatán?”. Cuestionamiento que repitió cuatro veces elevando el clamor de los presentes.
Por eso destacó como nunca el papel de las mujeres priistas, pero brillando por su ausencia una de las más importantes de los últimos años.
El evento estuvo lleno de traspiés e imprecisiones. Los 12 minutos de mensaje contrastaron con la hora y media que tuvieron que esperar los presentes.
Otro error fue “el diálogo” que quisieron entablar los “representantes de los sectores”, quienes hicieron el mismo cuestionamiento, pero cambiando el grupo social, es decir, ¿cuál va a ser la importancia de los adultos mayores en su visión de Estado?, ¿cuál va a ser la importancia de los jóvenes en el gobierno?, ¿cuál será el nivel de apoyo del campo en su visión de nación?, ¿cómo serán tomadas las ideas de la clase popular y se hará que las familias crezcan?
La respuesta de Meade se englobó en que continuarán haciendo de Yucatán un centro de desarrollo nacional con la recién aprobada Ley de Zonas Económicas Especiales.
Este PRI dividido puede hacer mella con una canción que sonó y provocó el meneo de los presentes mientras esperaban a Meade: “Si la morena quiere más, si la morena pide más, pues dale lo que quiere...”, que el voto del tricolor se fraccione.