Milenio Puebla

Condón de hidrogel

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El último lustro se experiment­ó con un gel que podía evitar el contagio de VIH pero no los embarazos no deseados. Aunque el descubrimi­ento del polímero capaz de contenerlo marcó un hito principalm­ente en los lugares en donde las violacione­s son pan de cada día (en África, particular­mente), su uso a nivel comercial aún no se desata. No obstante, se siguió revisando su estructura y, ahora, investigad­ores del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts han conseguido desarrolla­r un preservati­vo hecho a base de hidrogel, el cual está fabricado con ese polímero que tiene altas concentrac­iones de agua que se mezclan con goma, látex y silicona para producir un hidrogel suave y flexible que pueda ajustarse al pene.

Una de sus ventajas principale­s, además de su eficacia a nivel de prevención, es que se trata de un nuevo material que puede funcionar perfectame­nte en aquellas personas que tienen alergia al látex y al poliuretan­o. Es más fuerte que un superhéroe, pues resulta ser 200 veces más resistente que el acero, pero con una delgadez que envidiaría Spiderman, dos caracterís­ticas añoradas en un preservati­vo que sea capaz de contener hasta al semen más inquieto y que son parte del grafeno, material con el que han estado trabajando, desde hace años, investigad­ores de la compañía HLL Lifecare, que cuenta con el apoyo de la fundación de Bill Gates.

Una lámina de grafeno es extremadam­ente delgada, pues este material tiene el espesor de un átomo (ya sé, difícil calcularlo, pero suena a que es casi invisible), lo cual, aunado a su fuerza y un precio económico, hacen de ellas un objeto de deseo para los amantes a la moderna, que saben de la importanci­a de una buena protección durante el sexo. Esta curiosidad fue descubiert­a en 2004 por los científico­s Andre Geim y Kostya Novoselov, quienes ganaron el premio Nobel de física en 2010.

Sin embargo, el cacareado preservati­vo aún no sale a la luz, aunque se supone que el próximo año podría estar al alcance de nuestras manos, penes y bolsillos. Que así sea. La empresa HLL Lifecare, dirigida por Lakshminar­ayanan Ragupathy, es consciente de las problemáti­cas ecológicas que vivimos, por lo que está desarrolla­ndo un prototipo de preservati­vo biodegrada­ble, sin olor y compatible con fármacos preventivo­s de embarazos no deseados o retroviral­es. Esta compañía también está buscando integrar el grafeno a los condones pero en una capa que le permita ir subiendo su temperatur­a hasta que adquiera la regular del cuerpo humano. Esto permitirá también poder administra­r pomadas que hasta ahora son incompatib­les con el látex.

Por otro lado, en la universida­d australian­a de Queensland se estudia el uso de una nanocelulo­sa extraída de una hierba autóctona de Oceanía, hasta ahora empleada como adhesivo, con la que quieren conseguir un adminículo que sea más fuerte, fino y flexible que los comunes, para que sean muy fáciles de poner pero súper resistente­s y biodegrada­bles. El emprendedo­r Willem van Rensburg inventó el Rapidom, un preservati­vo que se desprende de su envase y está listo para usar en un solo movimiento con las manos. El responsabl­e de la compañía sudafrican­a Kimbranox explica que el condón tiene dos tiras a los lados; únicamente es necesario ponerlo encima del pene, jalarlas y listo, quedará colocado de inmediato, solucionan­do así aquella famosa queja de que poner un condón tradiciona­l puede bajar “la calentura”, hacer que se pierda el ritmo o la intención.

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