2018, una nueva oportunidad de encontrarnos
Este 2018, nos aporta la extraordinaria posibilidad de una nueva oportunidad para fundar y apuntalar un nuevo y moderno modelo político, basado en transparencia, solidaridad, equidad, capacidad y compromiso
Se ha venido acrecentando la desconfianza en el sistema político mexicano, en parte por los tiempos electorales, y también fomentado por los partidos adversarios que han aprovechado este quiebre entre ciudadanía y gobierno.
Este 2018 nos aporta la extraordinaria posibilidad de una nueva oportunidad para fundar y apuntalar un nuevo y moderno modelo político, basado en la transparencia, la solidaridad, la equidad, la capacidad y el compromiso nacional.
El futuro nos ha alcanzado y ha rebasado a los tradicionales medios como la radio, la televisión y la comunicación epistolar; ahora las redes sociales plantean un extraordinario escenario, un termómetro para percibir las demandas ciudadanas en torno al quehacer político.
Lo mismo ocurre con las apreciaciones que día a día se suscitan entre los ciudadanos de la calle, con diversas críticas que se expresan y escuchan. Es un requisito imperante y exigido por toda la población, es el surgimiento de nuevos liderazgos, de un gobierno de pesos y de contra pesos, de aplicación irrestricta de la ley.
Tendremos en esta ocasión tres diversas opciones. José Antonio Meade, con vasta experiencia en el servicio público, es la apuesta ciudadana del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por renovarse o morir electoralmente en las urnas.
Ricardo Anaya es el más joven de los contendientes. En su discurso, claramente se desmarca de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, y trata de modernizar su discurso “galimático” y centrarse en el suyo: en el PAN honesto, militante y posiblemente ahora moderno.
Con Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pareciese este, paradójicamente, el más conservador de los candidatos, y presenta polémicas propuestas, antisistema, “anti” todo lo establecido, sin dar solución a nada, sólo exageradas reacciones ante el gobierno que ya termina sin ser idea clara de él sino de sus personeros, es decir, chairos y pejezombis.
Los candidatos independientes parece que no tienen mucha oportunidad de ser competitivos en estos comicios, pero son necesarios para dar pluralismo y voz a otras corrientes y así quede más justo este ejercicio de la democracia, sin olvidar que alguno de ellos puede inclinar la balanza a favor del candidato Meade ¿o tal vez los dos finalistas?
Algo que llama la atención es porque los dos punteros, Morena y el Frente en lugar de pelear entre sí, los dos le pegan al tercer lugar, en este caso Meade, trate de explicárselo amable lector.
Así, el desafío inmediato para este 2018 es tener nuevos y calificados candidatos políticos para la Presidencia, las gubernaturas, las diputaciones y las alcaldías. Que estos posean propuestas bien establecidas y fundamentadas, y no caigan en los puros y simples slogans o en las descalificaciones de los contrincantes. Queremos propuestas viales, factibles y reales, no queremos promesas ilusorias, utópicas y chairas.
Los invito amables lectores a renunciar al pesimismo, a elevar nuestros ánimos de manera colectiva y ponernos a trabajar por el cambio que es necesario para México. Feliz y próspero Año Nuevo 2018.