Maximato o continuidad
ATití, con cariño, por dos años en la búsqueda del sendero
Pareciera la historia de final feliz con la declinación del ex gobernador Rafael Moreno Valle, como aspirante a la candidatura presidencial, y el virtual ungimiento de la panista, Martha Erika Alonso, como abanderada del frente opositor a la gubernatura.
Sin embargo, puede ser también el comienzo del inicio del “maximato” de Moreno Valle en el estado, por la influencia política que ejerce en Acción Nacional en el resto de partidos políticos coaligados, en la renovada clase política neopanista y en el nuevo establishment poblano.
El antecedente histórico del maximato se remonta al periodo de influencia en la política mexicana con Plutarco Elías Calles, que abarcó de 1928 a 1934, como “jefe máximo de la revolución”, muy similar a la nueva etapa en la entidad poblana, con el fantasma adicional del avilacamachismo.
Y es que parece todo “coincidir” con la renuncia de Martha Erika Alonso como titular de la Secretaría General del Comité Directivo Estatal del PAN, el pasado fin de semana, un paso necesario para su eventual postulación como aspirante a la gubernatura.
En menos de 48 horas, su esposo, Rafael Moreno Valle, hace el anuncio dominguero en las redes sociales, en el sentido de que no se inscribirá como aspirante a la candidatura presidencial del PAN, después de platicar “en familia” y con el equipo de sus “colaboradores”.
“No seré un obstáculo” para la candidatura presidencial del frente ciudadano, subrayó el ex mandatario poblano, quien seguramente tenía en la bolsa el estado de Puebla y otras posiciones para postular candidatos a cargos de elección popular, tanto federales como locales en los estados.
En política no hay coincidencias. Finalmente, tras bambalinas, Moreno Valle y un grupo de sus correligionarios venían tejiendo una negociación política con el dueño del PAN y virtual candidato presidencial, Ricardo Anaya Cortés.
Lo anunciado casi de manera simultánea por Rafael Moreno Valle y Marta Erika Alonso, es resultado del oficio político profesional para buscar mantener el poder en el estado, sobre la base de continuidad, ahora de manera más orgánica y emocional, por el parentesco.