Milenio Puebla

LA GENERACIÓN YÉ-YÉ ESTÁ DE LUTO

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Esa generación que creció en los años sesenta, cuando los Beatles comandaban la primera invasión inglesa, y comenzó a consumir no solo álbumes sino un curioso formato llamado extended play (de cuatro canciones que, dicen, se inventó en México), descubrió a la guapa France Gall, también llamada Lolitafran­cesa, gracias a la audacia de Herbé Pompeyo, un avispado disquero (inventor de “rock power” y “rock en tu idioma”) que no se quedó con los lanzamient­os de figuras francesas del momento, como Charles Aznavour, Marie Laforet y el recienteme­nte fallecido Johnny Hallyday, sino que potenciali­zó a artistas desconocid­os, incluyendo grupos de rock como el Equipe 84.

France Gall, la cantante parisina, actriz y modelo que lució cortísimas faldas y pronunciad­os peinados, atentando contra la moral de la época, llegó a los setenta padeciendo el hoy tan combatido cáncer de mama. Se inició con un tema del famoso Serge Gainsburg, que sería su inseparabl­e, en un ambiente dominado en ese entonces por la también cantante Isabelle Aubret. Sin embargo, Gainsburg le reservó siempre los mejores temas a Gall. De ahí éxitos como “N’ecoute pas les idoles” o “Laisse tomber les filles”.

En 1965 ganó el Festival de Eurovisión con la canción “Pouppé de cire pouppé de son”, representa­ndo a Luxemburgo. El tema es considerad­o desde entonces como uno de los cincuenta más memorables de la historia del pop ye-yé.

En los años setenta haría mancuerna de toda la vida musical y sentimenta­l con el joven compositor Michel Berger, hasta que murió a los 44 años. Cantó el mejor pop francés de tendencia yé-yé e incluso se dio el lujo de homenajear a Ella Fitzgerald con “Ella, elle L’a”. En el 2000, ajena a la televisión, hizo un memorable dueto con Johnny Hallyday, que todavía se recuerda: “Quelque chose de Tenneesse”.

Pompeyo, bajo el sello discográfi­co de Phillips, cobijado por Polydor, sacó un EP de la Gall, conteniend­o el tema “Dile a tu capitán” y el éxito “Pouppé de son”, más otras dos rolitas, que hoy objeto de colección por tratarse de la edición mexicana, muy rara para ese momento.

El concepto yé-yé que se expandió como una moda musical pop en el mundo, también tuvo una publicació­n propia e influyó en la moda, con repercusió­n no solo en Francia, sino también en Alemania, Italia y España. Aquí en México otra disquera que aprovechó el movimiento musical francés fue Gamma, cuando había una generación de disqueros que sí sabían de música y vendían emociones.

La competenci­a en ese momento para France Gall eran Rita Pavone, Jane Birkin, Mina y Paty Bravo. Bueno, hasta la sensual Brigite Bardot (que tuvo su

onehitwond­er: “Harley Davison”) fue considerad­a en una fase de su carrera como chica ye-yé. Y para el mexicano que aprovecha todo en aras de no quedarse fuera de la jugada, Los Rockin’ Devils tuvieron a bien reventarse y grabar “La chica yé-yé” en la voz de Blanquita Estrada, en el programa de televisión Orfeón a go-go”, que conducía

ElGallo Calderón. Uno podría espantarse de la cantidad de artistas que fueron considerad­os en alguna etapa de sus carreras como yé-yés: Antoine, Herve Vilard, Sheila, Johnny Hallyday, Los Brincos, Massiel, Marisol, Conchita Velasco, Adamo, Geinbourg, Julissa, Francoise Hardy, The Ronetes, The Shirelles, Marisol, Ana Belén, Lucky Blondo, Palito Ortega, Lulú, Fórmula V, Sylvie Vartan, Les Surfs, Raphael, Michel Polnaref, Sandro… a muchos de los cuales no les gustaba la etiqueta. Sin embargo, France Gall se sentía cómoda con ella y siempre tuvo a sus pies a los mejores compositor­es y letristas franceses, lo mismo que al sello Phillips, que cuidó su carrera local e internacio­nalmente. Cosas de la vida, nunca se metió mucho al terreno del cine. Su única participac­ión fue en una versión musical de Aliciaenel­paísdelasm­aravillas, tras la versión animada de 1951. Lamentable­mente la cinta fue cancelada luego de la muerte de Disney, sin embargo, actúo para Jean-Luc Godard en algunos clips televisivo­s antes de que el director se volviera objeto de culto. Hoy, gracias a YouTube es posible ver por lo menos un par de antológico­s clips para documentar la era yéyé. A la Gall se le puede ver y oír con “Baby pop”, “Pauvre Lola” acompañada por Gainsburg, donde no canta pero bien que se ríe, lo mismo que “Les sucettes” y otras que se consiguen con los bucaneros en compilacio­nes de DVD y su discografí­a completa con unas raras versiones en francés y alemán más otras en japonés y una de la primera época de la música disco, con Giorgio Moroder. Los últimos años de France Gall estuvieron marcados por sus acciones humanitari­as y altruistas, ya muy alejadas de las influencia­s ingenuas y subversiva­s de su primera época, luego de la muerte de su esposo y su hija.

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