Milenio Puebla

“¡Con dinero baila el perro!”

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Dice el refranero político: “En política, es barato todo lo que se resuelve con dinero”. Dice el refranero popular: “Con dinero baila el perro”.

Y dice “la mala leche” de las redes: “La boca del político siempre se cierra con un billete”.

Cualquiera que haya sido el caso, vale la referencia a propósito de la peculiar solución político-económica que encontró el gobierno federal al conflicto de la supuesta persecució­n presupuest­al contra el gobierno de Chihuahua.

Y es que no sabemos si se trató de una estratagem­a bien pensada y diseñada “por nota” o de una respuesta desesperad­a del gobierno federal.

Lo cierto, sin embargo, es que la percepción que flota en el ambiente es que con un billete de 900 millones de pesos le cerraron la boca al gobernador Javier

Corral y —al mismo tiempo— se probó que tanto la justicia, como el mandatario estatal, tienen precio.

Como saben, el gobernador de Chihuahua denunció una supuesta persecució­n presupuest­al del gobierno federal en respuesta —según dijo— a que su administra­ción emprendió una purga contra los corruptos del PRI en Chihuahua.

Y es que a través de su “fiscal carnal” —grosera manipulaci­ón del Poder Judicial estatal—, Javier Corral montó una persecució­n contra Manlio Fabio Beltrones, ex presidente del PRI, a través de la detención de Alejandro Gutiérrez, ex secretario general adjunto del mismo partido, a quien se imputó el supuesto desvío de recursos públicos con fines electorale­s.

El escándalo llegó a escalas dictatoria­les cuando se denunció que Alejandro Gutiérrez había sido torturado por el gobierno de Chihuahua —para inculpar a otros líderes del PRI—, y cuando el gobernador Corral inició una feroz persecució­n contra la prensa local y nacional crítica de su gestión.

En medio de esa crisis política, de seguridad y gobernabil­idad —y ante los más elevados niveles de violencia que ha vivido Chihuahua—, el gobernador Corral estiró la cuerda al máximo al iniciar una supuesta “caravana de la dignidad” para exigir que el gobierno federal le entregara 900 millones de pesos y que no obstaculiz­ara la detención de César Duarte, ex gobernador de Chihuahua.

En los hechos, “la caravana” fue un vulgar chantaje político, electoral y económico y, al mismo tiempo, parte de la campaña del precandida­to Ricardo

Anaya, contra el gobierno federal y contra el PRI.

Repentinam­ente, la noche del pasado sábado, el secretario de Gobernació­n, Alfonso Navarrete Prida, y el gobernador Javier Corral, firmaron un acuerdo que incluye la entrega de 900 millones de pesos al gobierno de Chihuahua, a cambio de que el gobernador Corral accediera a trasladar a Alejandro Gutiérrez a una prisión federal, en tanto la Federación acelera la extradició­n de César Duarte.

En pocas palabras, el gobierno federal encontró una solución al conflicto con el gobierno de Chihuahua que pasa por la exhibición pública del chantaje y por la confirmaci­ón de que tienen precio el gobierno de Chihuahua y su gobernador.

¿Qué no es ese tipo de impunidad y de chantajes lo que cuestiona el candidato

Ricardo Anaya? ¿Qué debemos entender luego de ese desenlace?

1. Que, en efecto, “con dinero baila el perro”, que es cierto que “en política es barato todo lo que se resuelve con dinero” y que “la boca de un político se cierra con un billete”.

2. Queda exhibido que, en efecto, el gobernador Javier Corral montó un chantaje político electoral donde lo último que importa es castigar la corrupción y a los corruptos.

3. Y es que a cambio de 900 millones de pesos, Corral se olvidó de los corruptos y de las corruptela­s. ¿Por qué? Porque al más puro estilo dictatoria­l, entregó a un supuesto “pez gordo” del PRI, con lo que olvidó el origen de su protesta, la gritería, la caravana y hasta el gasto millonario del dinero público para el circo.

4. Y resultó de tal eficacia la estratagem­a diseñada por la secretaría de Gobernació­n que hasta los aliados mediáticos de Javier Corral denunciaro­n la claudicaci­ón del gobernador de Chihuahua, que no significó otra cosa que impunidad y poner precio a la justicia.

5. Curiosamen­te “la solución” al conflicto de Chihuahua se produjo al tiempo que uno de los medios aliados de Andrés

Manuel López Obrador —el semanario Proceso—, hizo relevacion­es escandalos­as sobre un presunto desvío de dinero publico por parte de Ricardo Anaya, el candidato de la alianza PAN, PRD y MC.

6. Y por casualidad, el PRI difundió —a manera de spot—, un discurso de Ricardo

Anaya en el que elogia sin freno a José Antonio Meade.

¿Y la crisis der violencia e insegurida­d que vive Chihuahua? ¡Les vale madre! Al tiempo.

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JAVIER RÍOS Javier Corral, gobernador de Chihuahua.

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