Bono democrático
Las precampañas en los partidos políticos por las candidaturas al gobierno del estado se han convertido en los hechos, en contiendas electorales abiertas, y el PRI, con Enrique Doger Guerrero, empieza a medir el terreno, con la ventaja de ser el partido de oposición.
En el Revolucionario Institucional, hay entusiasmo por la contienda electoral - en esta fase “interna” del partido- porque en comparación con la contienda de 2016 por la “mini gubernatura”, hoy, las elecciones son más atractivas estarán en juego otros cargos de elección popular.
A diferencia de la entonces abanderada a la gubernatura, Blanca Alcalá Ruiz, la precandidatura del también ex alcalde poblano, Enrique Doger, concita más al acuerdo político y al respaldo del círculo rojo priista.
Por tratarse de un estado gobernado por el Partido Acción Nacional y partidos aliados, el PRI, sin aliados, se presenta con la bandera de partido de oposición, lo que significa una ventaja para cuestionar siete años de gobierno panista.
Expertos en la selección de temas de coyuntura como bandera política, los priistas no desaprovechan el fenómeno de la inseguridad pública (feminicidios), la presencia de la delincuencia organizada y la existencia de delitos de alto impacto.
Los priistas aprovechan las bondades del llamado “bono democrático” por tratarse, además de un ( pre) candidato como Doger, que había sido impedido a figurar por el marinismo, que impuso en 2010 a Javier López Zavala y, posteriormente, excluido en 2016 por la nomenclatura del CEN del PRI, que nombró a Alcalá Ruiz.
El ex rector de la UAP, con experiencia en estos escenarios políticos de trabajo a ras de piso, deberá demostrar sus habilidades para aprovechar el “bono democrático” en el arranque del posicionamiento de la pre campaña, porque además de los “qué” deberá pasar a los “cómo”.
Veremos de qué están hechos los priistas poblanos y si realmente trabajan por recuperar la gubernatura, si logran hacer sinergia con la oferta presidencial, a las alcaldías, diputaciones y al Senado.