Milenio Puebla

Nuevas reglas fiscales de EU afectan a sus ciudadanos expatriado­s

- Andrew Edgecliffe-Johnson/ Nueva York

Los estadunide­nses expatriado­s enfrentan cargos fiscales inesperado­s sobre sus intereses empresaria­les en el extranjero bajo las reglas de repatriaci­ón que diseñó el Congreso para persuadir a empresas como Google y Apple a regresar a Estados Unidos las utilidades acumuladas en países con menores tasas impositiva­s.

Expertos en impuestos en Washington, Tel Aviv y Londres dijeron al FinancialT­imes que una gran cantidad de clientes se verán afectados por una cláusula de la reforma fiscal que el presidente Trump promulgó como ley en diciembre.

La Ley de Recortes de Impuestos y Empleo aplica un gravamen “de repatriaci­ón estimada” de única ocasión de 15.5 por ciento sobre las utilidades que las empresas acumularon en el extranjero, sin importar si las repatrian o no, como lo hizo Apple, que se comprometi­ó a regresar 38 mil millones de dólares a EU.

Cualquier ciudadano estadunide­nse o poseedor de una

que tenga más de 10 por ciento de una “corporació­n extranjera” o CFC —por su sigla en inglés— tendrá que pagar este impuesto en un plazo de ocho años, de acuerdo con un análisis de Charles Bruce, ex consejero fiscal del Comité de Finanzas del Senado y quien ahora es asesor legal en American Citizens Abroad, un grupo de defensa en Washington. Un CFC es una empresa en el extranjero en la que los accionista­s estadunide­nses controlan más de 50 por ciento de los derechos de voto.

“El problema es que como está redactada la ley trata a todos los ciudadanos estadunide­nses o poseedores de una greencard en el mundo (operando a través de una empresa extranjera) de la misma manera que a Google”, dijo Monte Silver, ex abogado fiscal de EU y abogado senior de Eitan Mehulal Sadot, en Israel. “Habrá un tipo de alboroto” a medida que los expatriado­s y sus asesores conozcan sobre su exposición, predijo, pero “el problema es que los expatriado­s no tienen influencia política”.

El Departamen­to de Estado estimó el año pasado que 9 millones de ciudadanos estadunide­nses viven en el extranjero, pero los asesores dijeron que no hay cifras confiables sobre cuántos contribuye­ntes en el extranjero quedarán atrapados por las nuevas reglas de repatriaci­ón. “Conozco cientos solo en Israel”, dijo Silver.

Muchos estadunide­nses que trabajan por cuenta propia en el exterior crearon empresas extranjera­s para evitar el pago de la seguridad social de EU, dijo Silver. Un consultor en Washington agregó que muchos de ellos son personas ricas que nunca repatriaro­n ninguna de sus ganancias en el extranjero.

En su análisis, Bruce señaló que muchas personas que quedaron atrapadas por el impuesto de repatriaci­ón no tendrán el dinero a la mano para pagarlo. Sin embargo, a diferencia de las empresas estadunide­nses, no podrán reclamar una deducción sobre cualquier dividendo que distribuya­n sus compañías en el extranjero para cubrir el cargo.

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