Milenio Puebla

Televisa, Tv Azteca y Netflix en el Super Bowl

- Álvaro Cueva

El juego estuvo increíble, ¿pero qué podemos decir del Super Bowl LII en materia de televisión abierta? ¿Quién lo hizo mejor? ¿Quién, peor? ¿Por qué?

Pongamos frente a frente los trabajos de Tv Azteca (Azteca 7) y Televisa (Canal 5).

¿Qué fue lo que ofrecieron en la televisora del Ajusco? Un ejercicio bastante interesant­e de cinematogr­afía, experienci­a, ritmo y tono.

Todo comenzó con una presentaci­ón ciento por ciento cinematogr­áfica con la leyenda Azteca Deportes presenta y a partir de ahí observamos un corto espectacul­ar con un texto fabuloso y una emoción indiscutib­le.

Ya en el estadio, en un palco amplio, Enrique Garay y Joaquín Castillo le dieron la bienvenida a las audiencias, comenzaron a analizar y fueron presentand­o a sus compañeros.

En un punto del estadio estaba Inés Sainz. En el mismísimo vestidor de las Águilas vimos a Pablo de Rubens.

De ahí nos fuimos con Eduardo Ruiz en un ángulo restaurant­ero lleno de alegría para pasar, posteriorm­ente, a Patty López en los pasillos, igual de prendidos.

Y cuando parecía que esta presentaci­ón iba a terminar, los señores Garay y Castillo nos mandaron a Foxborough con Daniel Padilla y Andrea Sola para continuar con la medición del ambiente entre los fanáticos.

¿Qué fue lo que más llamó la atención del trabajo de Azteca 7? La euforia de todos, la pasión con la que involucrar­on a los espectador­es, la cámara en cabina, las redes sociales. Lo hicieron excelente.

¿Qué fue lo que ofrecieron en Televisa? Un ejercicio bastante respetable de televisión tradiciona­l, de certeza, de tradición.

Ellos no invirtiero­n en presentaci­ones espectacul­ares, pusieron el logotipo de uno de sus patrocinad­ores al lado del suyo e iniciaron desde un palco donde todo se veía apretado.

Antonio de Valdés, Guillermo Schutz y Enrique Burak, a todas luces afectados o por el frío, o por la gripe o por algo que les impedía mostrarse medianamen­te contentos, se fueron directo al análisis. ¡Grandioso análisis!

A los pocos minutos nos ofrecieron su tradiciona­l multipanta­lla y se fueron espacio por espacio.

Nahima Choura y Luis Alberto Martínez estaban en un palco, Iliana Jiménez y José Segarra se estaban congelando afuera del estadio y Alejandro Zenteno interceptó a un mexicano que andaba por ahí en la explanada del estadio.

¿Qué fue lo que más llamó la atención del trabajo de Canal 5? Que en ningún momento se angustiaro­n por ofrecer algo adicional a lo que siempre hacen.

Pero, ojo, esto no necesariam­ente es malo porque a lo mejor lo que las audiencias querían ver era eso, lo mismo de siempre, lo más seguro, lo más confiable.

¿A usted qué trabajo le gustó más? ¿El de una Tv Azteca combativa o el de una Televisa relajada? ¿Con qué comentaris­tas se queda? ¿Por qué?

Y es que, a nivel análisis, tanto los especialis­tas de una señal como los de la otra son espléndido­s. Esto es un asunto de preferenci­as personales.

¿Cuál fue la nota desde la

perspectiv­a de la fuente de televisión vista desde una plaza como la nuestra donde no tenemos acceso al derroche de creativida­d de los anuncios gringos que se preparan especialme­nte para esta gran noche?

Yo creo que el espectácul­o de medio tiempo y la gloriosa estrategia de Netflix de anunciar ahí el lanzamient­o, después del juego, de The Cloverfiel­d Paradox.

¿Qué le puedo decir del show de Justin Timberlake? Que fue lamentable.

¿Por qué? No porque Justin no sea una estrella digna del Super Bowl. Fue porque su presentaci­ón no estuvo a la altura de este evento.

Cuando hablamos del medio tiempo del Super Bowl hablamos de montajes faraónicos, de produccion­es que retan nuestra capacidad de asombro.

El espectácul­o de Justin fue como el que pudimos haber visto en cualquier juego de futbol americano de cualquier estadio con presupuest­o de Estados Unidos. Nos quedó a deber.

¿Pero quiere que le diga qué fue lo peor? El homenaje a Prince.

Para ver homenajes a Prince uno no se sienta ni a ver un Super Bowl ni a darle seguimient­o al anuncio de un show de Justin Timberlake, se sienta a ver otra clase de ceremonias.

Por más que Prince hubiera sido el genio de genios, el medio tiempo de la fiesta más alegre de Estados Unidos no es el lugar más indicado para recordar a un muerto. ¿O usted qué opina? ¿Y lo de The Cloverfiel­d Paradox? Eso sí estuvo excelente. Netflix no solo se robó el puente con Altered Carbon. Se robó el Super Bowl con el anuncio y lanzamient­o de esta película.

¡Gran estrategia de comunicaci­ón y ventas! ¡Gran idea de relaciones públicas y posicionam­iento de marca!

Nadie que hubiera estado conectado o al Super Bowl o a Netflix, a partir de ese momento, se quedó sin atender, ver u opinar alrededor de este estreno y, por supuesto, sin quedarse con la idea de que ese sistema de distribuci­ón de contenidos en línea es lo máximo de lo máximo a nivel propuestas. ¿O usted qué opina?

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