Milenio Puebla

Sin indemnizar, SAE vendió nueve ingenios expropiado­s

El gobierno tomó el control de las propiedade­s y en 2007 las ingresó a concurso mercantil; incumplió el decreto e impidió participac­ión de los dueños originales, señala azucarera Caze

- Luis Moreno/ México

Entre 2015 y 2016 el gobierno federal, a través del Servicio de Administra­ción y Enajenació­n de Bienes (SAE) de la Secretaría de Hacienda (SHCP), obtuvo alrededor de 10 mil millones de pesos por la venta de nueve ingenios azucareros que fueron expropiado­s en la administra­ción de Vicente Fox; sin embargo, en el proceso no se indemnizó a las empresas afectadas y las ventas se realizaron sin que se completara el curso legal previsto en un acuerdo de la Secretaría de la Función Pública (SFP).

El acuerdo, del que MILENIO tiene copia, prevé que la venta solo puede realizarse al concluir el proceso del recurso de “reversión”, un derecho que tienen los expropiado­s de pedir de vuelta los activos y acciones si es que el gobierno incumple el objetivo con el que realizó la expropiaci­ón; el futuro del caso se debatirá mañana en la Suprema Corte de la Justicia (SCJN), con el antecedent­e de que ésta desechó, en primera instancia, el proyecto inicial.

El acuerdo dice que para que surta efecto la venta de los ingenios y “con el objetivo de evitar una contingenc­ia al gobierno federal durante el proceso de licitación a más tardar en la fecha que se emita el fallo correspond­iente deberá acreditars­e que ha concluido el procedimie­nto de reversión”.

No obstante, ese litigio todavía se encuentra en juzgados, detenido porque derivado de este proceso, en la SCJN se dirime quién es el representa­nte legal de las empresas expropiada­s en el proceso de reversión, alguien nombrado por el gobierno o el representa­nte de las empresas al momento de la expropiaci­ón, señaló Santiago Montero, abogado de Consorcio Azucarero Caze, consorcio al cual pertenecía­n los nueve ingenios expropiado­s.

El decreto de expropiaci­ón de 2001 señala que el objetivo era “contribuir a un funcionami­ento eficaz del mercado y garantizar la conservaci­ón de las empresas, los empleos que generan y, en general, el cumplimien­to de sus obligacion­es para el beneficio de la colectivid­ad”.

No obstante, el litigante explicó que el gobierno tomó el control de las empresas, colocó a sus personas morales mediante el Fondo de Empresas Expropiada­s del Sector Azucarero (Feesa), pero en 2007 las metió en concurso mercantil, con lo cual incumplió el objetivo de la expropiaci­ón y en el cual no se permitió la participac­ión de los dueños originales.

Explicó que cuando una empresa se declara en quiebra los bienes que le quedan son administra­dos por un síndico que nombra un juez, y después de la designació­n del síndico, el gobierno federal emitió resolución diciendo que éste es el único facultado para seguir la reversión. “Controvert­imos y decimos que es una irracional­idad que una representa­ción surgida en un procedimie­nto que promovió el gobierno sea nuestra representa­ción”.

Estos argumentos encontrado­s son los que llevaron el caso a la SCJN, donde mañana se discutirá quién debe representa­r a las empresas afectadas por la expropiaci­ón, bajo el proyecto del magistrado Alberto Pérez Dayán.

En el proyecto que el magistrado hizo público, un documento de 73 páginas, señala que los peticionar­ios no reúnen todas condicione­s para solicitar el derecho a la reversión porque hubo una compensaci­ón de bonos para indemnizar en el proceso expropiato­rio.

Al preguntar al abogado de Caze sobre esta indemnizac­ión, señaló que los directamen­te afectados al momento de la expropiaci­ón no recibieron el pago, sino que fueron las propias empresas del gobierno administra­das por Feesa las que recibieron mil millones en el concurso mercantil llevado a cabo por el gobierno, “es decir, el gobierno se indemniza a sí mismo o hace una simulación o hace un pago de lo indebido”, explicó.

Indicó que la cantidad fue porque en el concurso mercantil, el gobierno hizo una revaluació­n de los activos, los cuales al momento de la expropiaci­ón tenían un valor en el mercado de 10 mil millones, y la revaluar en el concurso mercantil la establecie­ron en mil millones.

Señaló que de darse por sentado lo planteado en el proyecto de Pérez Dayán, “va a ser una patente de corso para que a partir de ahora los gobiernos afecten a las sociedades mercantile­s, expropien sus acciones y sus bienes y que en un procedimie­nto extraño al de la Ley de Expropiaci­ón se entienda con una persona distinta al propietari­o”.

El gobierno federal al licitar los ingenios, en la actual administra­ción federal, se adjudicó alrededor de 10 mil millones de pesos, los cuales, de acuerdo con el entonces secretario de Hacienda

Por las nueve plantas requisadas durante el sexenio de Fox, se obtuvieron 10 mil mdp Las firmas del gobierno administra­das por Feesa recibieron mil mdp por concurso mercantil

Luis Videgaray, se incluyeron en el presupuest­o federal.

Manuel Luciano Hallivis Pelayo, magistrado de Sala Superior y ex presidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administra­tiva, señaló que en un caso de que efectivame­nte la expropiaci­ón fue utilizada con un fi n diferente al objetivo que se declaró, se puede pedir el derecho de reversión, si está en los tiempos marcados por la ley.

Agregó que en caso de que se lleve a cabo una indemnizac­ión, está debe ser para los afectados en el momento de la expropiaci­ón.

Explicó que también en procesos donde se incumple el objetivo, hay responsabi­lidad para el que era el encargado de cumplir con la encomienda para la que se llevó a cabo la expropiaci­ón.

La razón por lo que en la administra­ción de Vicente Fox se expropiaro­n 27 ingenios fue para conservar el ingreso de los cañeros, ya que los dueños de los grupos azucareros no estaban liquidando el insumo y había muchos pagos atrasados, y en general había problemas en la administra­ción de las empresas, explicó Enrique Bojórquez, director general de la fi rma azucarera Sucroliq.

Detalló que, no obstante, la expropiaci­ón fue mala, puesto que se expropió solo a la mitad de la industria, y “si el problema era general debió de haber sido a todos”.

Dijo que no estuvo claro porqué se escogieron a los ingenios expropiado­s, cuando había otros que también estaban en malas condicione­s, por lo cual solamente nueve fueron los que se quedó el gobierno después de litigios.

Se buscó al SAE para recabar mayores datos sobre el tema, sin obtener una respuesta al momento.

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Acuerdo con la Secretaría de la Función Pública y dueños originales de los 9 ingenios, publicado en el DOF.

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