Repensar la autonomía
Si non è vero, è ben trovato, dirían los italianos a propósito del lugar común que querría que uno de los caracteres chinos para consignar la palabra crisis fuera también el que corresponde a la palabra oportunidad. En efecto, aun si no es cierto, el hallazgo resulta afortunado, más a la luz de la crisis evidenciada a últimas fechas por la Universidad Nacional Autónoma de México, que acaso pueda representarle una oportunidad para una reforma institucional urgente.
La UNAM es autónoma —aunque pública, tiene una vida institucional independiente del gobierno— y bien está que nos enorgullezcamos de ello, como orgulloso estoy de ser hijo de un universitario que trabajaba con el rector Barros Sierra en 1968, y que salió a marchar a su lado en defensa de dicha autonomía en tan amenazantes momentos para la UNAM. Desde los tiempos de mi padre, sin embargo, el país ha cambiado, y su universidad debe cambiar con él, sobre todo en lo que toca a la concepción de su autonomía, que no puede ser la misma hoy que hace 50 años.
Inserta en un sistema autoritario en que Estado y gobierno vivían una confusión permanente y perniciosa, la UNAM de entonces debía salvaguardar su autonomía no solo a fin de que fueran respetadas la libertad de cátedra, la de expresión y la de asociación, sino de proteger la integridad física de su comunidad ante un gobierno facultado para hacer uso de la fuerza a capricho.
Hoy México es una democracia —aun cuando la calidad de ésta deje que desear— y su vida se da al amparo del estado de derecho; hay leyes de transparencia y mecanismos de rendición de cuentas, un sistema de impartición de justicia, medios de comunicación de diversas tendencias y razonable independencia. La autonomía universitaria no puede mantenerse al margen de esas transformaciones: hacerlo fomenta la opacidad administrativa, la ocupación ilegal por unos cuantos de espacios que deberían ser de todos, la proliferación del crimen organizado (con su concomitante carga de impunidad).
Pueda y quiera la UNAM aprovechar esta oportunidad.