Una nueva escuela para (y por) las mujeres mexicanas
L a dalia era la flor de los aztecas, de la que existen 10 mil variedades, es la segunda flor más rentable del mundo después del tulipán y una de variedades más resilientes, capaz de crecer y florecer aún en las situaciones más extremas. Es, además, la única flor que se llama igual en todos los idiomas (excepto en ruso).
“Por eso la elegimos, porque es como somos las mujeres”, dice Gina Diez Barroso sobre su último emprendimiento educativo. Se trata de Dalia Empower, un centro de formación innovador que busca potenciar el liderazgo de las mujeres tanto en la iniciativa privada como en la política o en emprendimientos personales.
“Yo funciono por frustración, que siempre me provoca una acción”, dice la fundadora de la desarrolladora Grupo Diarq, la universidad Centro, la firma de diseño Diez y que ha sido pionera a escala mundial en temas de igualdad de género. De hecho, es una de las dos mexicanas que pertenece al C200, una organización de 200 Mujeres Líderes en el Mundo y del W20, un grupo de mujeres dentro del G20. “Durante mucho tiempo busqué ideas en distintos países para apoyar a las mujeres, pero nunca encontré una que fuera integral y decidí crearla”, destaca.
Los cursos disponibles en Dalia son una combinación de contenido de alto valor académico con desarrollo de soft skills, como por ejemplo, cómo balancear trabajo y hogar. “Las empresas te piden 100 por ciento de tu tiempo y lo aceptas, y luego llegas a tu casa y tu familia te pide 100 por ciento de tu tiempo y lo aceptas. Pero un 200 por ciento: el problema no es de quién te lo pide, el problema es de ti que lo aceptas”, explica.
Dalia Empower también incluye una aceleradora de emprendedoras, un área de cursos en línea y un modelo tailor made para empresas donde las clases se dan insitu, llamado Dalia to go. “Otro de los temas central será el networking: estamos terminando una app en EU para que todas las alumnas estén conectadas para ampliar sus contactos B2B”, abunda Diez.
Pero no se trata de un espacio solo para mujeres. “Si no haces el pay completo, mejor no hagas nada. Si no sumas a los hombres, no tienes un socio estratégico para enseñarles también como ayudar a crecer a las ejecutivas, a cómo acompañarlas en sus necesidades o como mentorear o educar a sus hijas”, comenta Gina. Los planes de estudio duran cuatro meses (dos fases de 60 horas cada una), pero el seguimiento con las egresadas se mantiene por un año con la escuela. “El costo promedio es de 400 pesos la hora, ¡menos que una clase de spinning!”.
“La primera generación de 20 alumnos ya comenzó y tenemos desde una emprendedora de 26 años a una señora de 81 y un ejecutivo”, afirma una ejecutiva que se lanza en uno de los años más poderosos, activos y combativos para las mujeres no solo en México, sino en todo el mundo.