Don Pedro, hoy en letras de oro
Lo he manifestado en diversas ocasiones y en medios y foros diversos: no hay un antecedente de un promotor cultural como lo fue Pedro Ángel Palou Pérez en Puebla, familiarmente conocido como Don Pedro.
Él fue el único que, gracias a su tesonería y a su poder de convocatoria, logró rescatar para el patrimonio artístico y cultural de Puebla algunos olvidados edificios. Menciono el antiguo Colegio de San Juan, convertido en Casa de la Cultura, o el edifico que ahora alberga la Secretaría de Turismo y Cultura, en la Avenida Reforma.
¿Dónde hallar a un hombre que pueda tener la capacidad de haber formado a una gran cantidad de generaciones que tienen un reconocimiento nacional e incluso internacional en el campo de las artes?
Periodista deportivo, coordinador del Consejo de la Crónica de Puebla, directivo del Club Puebla, Don Pedro fue “lo digo sin tapujos” alguien imprescindible para quienes lo sucedieron en el cargo como Secretario de Cultura (el primer secretario durante el sexenio de Guillermo Jiménez Morales), antes había ocupado el cargo de director de la propia Casa de la Cultura, además de haber sido sub secretario de la misma en posteriores administraciones.
Qué decir del rescate de la Biblioteca Palafoxiana, asombro de propios y extraños, o del Teatro Principal, el primer teatro de América.
La creación de los talleres de iniciación artística fue una de sus más importantes iniciativas, una opción para una gran cantidad de niños que descubrieron su vocación desde que comenzaron a funcionar en 1977.
Injusto sería olvidar aquí su destacada trayectoria de historiador, misma que lo llevó como profesor al Instituto Oriente, aparte de sus ya habituales clases de los miércoles que impartía en la sala Rodríguez Alconedo en la Casa de la cultura.
Hoy, a las 8:30 de la mañana, la LIX Legislatura del H. Congreso del Estado de Puebla, le rinde un merecido homenaje póstumo al profesor Pedro Ángel Palou Perez (1932-2018), en el Salón de Pleno del Palacio de poder legislativo (5 Poniente 128, Centro Histórico) donde además se colocará su nombre en letras de oro, un tributo para que no lo olvidemos, una justa retribución a sus méritos y aportaciones antes enumeradas.
Don Pedro amó profundamente a esta ciudad, fue factor determinante para que se le otorgara la distinción de Patrimonio de la Humanidad y, sin duda, muchas generaciones de artistas en Puebla le deben demasiado. No habrá quien desmienta su generosidad, su fundamental papel de gestor cultural. Hoy Don Pedro habrá de ser recordado que para siempre.