De lo volvido a lo resolvido
uando uno hace bien las cuentas, la vida se ilumina. Más aún cuando la Tremenda Corte acaba de hacer algo que nos devuelve la fe en el estado de derecho: permitir que bajo los siempre bien fundados esquemas de las fuerzas del orden, éstas puedan armar inspecciones policiacas sin orden judicial. Y como por lo regular esta clase de acciones nacen de un pensamiento humanista, morigerado y desprovisto de voracidad, podemos estar tranquilos porque en el momento en que estos admirables personajes entren gentilmente a tu casa pensando que eres del Cártel de Tláhuac, nada va a pasar. Hasta te puedes acomodar en un sillón para esperar a que se construya el memorial del temblor del 19 de septiembre en Álvaro Obregón 386, en tanto los recursos para apoyar a los damnificados brillan por su ausencia.
Lo bueno es que como Mancera tiene prioridades además de pelearse con Ricky
Ricón para que le firme los compromisos planteados (¿a poco el dotor le tiene desconfianza al señor de las naves industriales, si casi ni ha traicionado a nadie?), se le ocurrió que era buena idea hacer un show de clavados. Yo pensé que eso significaba que iban a poner a concursar a los del Metrobús, a los de la reconstrucción o los especuladores inmobiliarios a ver quién se clavaba más recursos. Pero no, habrá un concurso de imitadores de Greg Luganis.
Es interesante que mientras la PGR atora las denuncias sobre las triangulaciones en Sedesol, que ni Chayito Robles ni el dotor Mit vieron debido a ese extraño padecimiento en estudio llamado “astigmatismo selectivo”, la Suprema Corte da luz verde a la polecía que siempre vigila para que tenga la posibilidad de que, sin cuando menos el Vo.Bo. de un juez, puedan entrar a la brava en cualquier parte. Menos, claro, a los ranchos de los gemelos diabólicos Duarte y tantas maravillas que te devuelven la fe en la humanidad.
En ese sentido, como que hay mala onda con el gobierno que atinadamente preside el licenciado Peña. Si hacemos bien las cuentas debemos reconocer que en este sexenio se superaron los mejores chistes que ni Fox hubiera querido contar (aunque ahora se supera al ritmo de “entre más corriente más ambiente”). De los récords de Jelipillo en materia de matazones surgieron grandes grupos empresariales como Odebrecht, OHL e Higasidocomo
Higa sido, mientras ICA salva el pellejo milagrosamente gracias a los trabajadores del Issste —¡milagro, milagro!—, además del surgimiento de algo que parecía imposible: el candidato Mit como amo y señor del anticlímax encarnado. Ya no sabes qué es más enfadoso, el “naranja, naranja” o la muletilla de “¡n’ombre, unos genios!”
De lo volvido a lo resolvido nos falta lo aparecido. M