En un escándalo de censura
La sede apostólica fue acusada de manipular “selectivamente” una carta de Ratzinger sobre la gestión de Bergoglio, pero luego tuvo que revelarla
El Vaticano cedió a la presión el sábado y divulgó la carta completa del papa emérito Benedicto XVI sobre el papa Francisco tras ser duramente criticado por citar la misiva de manera selectiva en un comunicado de prensa y manipular digitalmente una foto.
La parte previamente escondida de la misiva muestra la verdadera razón por la que Benedicto rehusó comentar un compendio de libros sobre el historial teológico y filosófico del actual pontífice, que fue publicado por el Vaticano y lanzado para conmemorar su quinto aniversario en el papado.
Tras cinco días de una intensa polémica, el Vaticano se vio obligado a publicar la versión completa de la misiva.
Benedicto resaltó que uno de los autores involucrados en el proyecto (Peter Hünermann) había lanzado ataques “virulentos” y “antipapales” en contra de su pontificado y enseñanzas. “Durante mi pontificado (Hünermann) se puso en evidencia por haber capitaneado iniciativas antipapales”, lamentó el pontífice emérito, quien recordó la participación de éste en una iniciativa que “atacó en modo virulento la autoridad magisterial de Francisco, especialmente sobre cuestiones de teología moral”.
La misiva fue difundida parcialmente la tarde del 12 de marzo pasado —la víspera del quinto aniversario de la elección papal de Jorge Mario Bergoglio— en la sede de la Radio Vaticana, durante la presentación de una colección de 11 libros intitulada LateologíadelpapaFrancisco.
En el texto, el pontífice emérito celebraba la iniciativa editorial por “oponerse y reaccionar” al “necio prejuicio”, según el cual el papa argentino “carece de particular formación teológica o filosófica”, y que él mismo, Benedicto XVI, era solo un “teórico teólogo que poco habría entendido de la vida concreta del cristiano de hoy. “Los libritos demuestran con razón que el papa Francisco es un hombre de profunda formación filosófica y teológica, y ayudan por este motivo a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, aún con todas las diferencias de estilo y de temperamento”, agregó.
Pero el boletín oficial, firmado por la Secretaría de Comunicación del Vaticano, no incluyó el texto íntegro de Benedicto, y eliminó los dos últimos párrafos en los cuales Ratzinger declinaba escribir un comentario sobre los libros.
Con el comunicado, la sede papal difundió también una fotografía “artística” de la carta, que mostraba completa una de las hojas, pero la segunda aparecía oculta bajo los libros de la colección y solo mostraba la firma del papa emérito y dos líneas no se podían leer porque habían sido difuminadas de manera artificial.
La operación no solo recortó los dichos de Ratzinger, sino que presentaba la idea de un espaldarazo abierto del papa emérito a su sucesor.
En un comunicado, la sede apostólica reconoció que generaron “muchas polémicas sobre la presunta manipulación hecha en la fotografía de la carta”.
El boletín agrega que, de la carta reservada, se había leído “lo que se consideraba oportuno y relativo a la sola iniciativa”: lo que el papa emérito afirmaba sobre la formación teológica y filosófica de Francisco y la “unión interior” entre los dos papados.
Además, en el mismo texto reconoció que “se dejaron de lado algunas anotaciones relativas a los colaboradores de la colección. “La decisión fue motivada por la reserva y no por un intento alguno de censura. Para disipar cualquier duda se decidió publicar la carta íntegra”, precisó.
El Vaticano publicó el mensaje completo de Benedicto XVI luego de que varios periodistas anticiparan la noticia de que el original era más largo y tras la solicitud de muchos vaticanistas.
Así se confirmó que los párrafos ocultados eran dos y no uno, como se pensaba. En la última parte, Ratzinger expresaba su “sorpresa” porque entre los comentaristas sobre la teología de Francisco estaba incluido el estudioso alemán Peter Hünermann. “Durante mi pontificado (él) se puso en evidencia por haber capitaneado iniciativas antipapales”, lamentó Ratzinger.
Recordó que Hünermann fundó una institución de teología europea que inicialmente había sido pensada “como una organización para oponerse al magisterio papal” pero, después, el “sentir eclesial de muchos teólogos impidió esta orientación, volviendo esa organización un instrumento de encuentro entre teólogos”.
El escándalo de estos últimos días fue bautizado letteragate en la Curia Romana, y es ya el peor resbalón de la actual estructura comunicativa del Vaticano, reformada por voluntad de Francisco en un proceso tortuoso de varios años.
El secretario de comunicación vaticano, Dario Edoardo Viganó, de quien varios altos clérigos piden la cabeza, era el hombre de confianza del papa argentino en la materia y tenía la misión de imprimir un nuevo espíritu de transparencia.