Con el ritual a Quetzalcóatl, finaliza Festival de Primavera
El edil, Leoncio Paisano, agradeció la participación de los artistas
Cientos de turistas nacionales y extranjeros visitaron el Patio de los Altares de la Pirámide de Cholula o Tlachihualtépetl (del náhuatl “cerro hecho a mano”) para participar en el ritual a Quetzalcóatl, con el que se dio cierre al Festival de Primavera Equinoccio 2018, que organizó el municipio de San Andrés Cholula. La lluvia retrasó el evento, pero no mermó el ánimo de los espectadores.
El Ballet FolClórico del Complejo Cultural Universitario (CCU) de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) fue el encargado de escenificar el espectáculo integrado por Danza a Ehécatl, Ofrenda Ritual, Llegada al recinto sagrado, Danza de Doncellas, Creación del Quinto Sol, La Restauración de los Hombres, El Robo del Sustento, Danza a Quetzalcóatl y Sacrificio Ritual.
El presidente municipal, Leoncio Paisano Arias, manifestó su beneplácito porque “fue un éxito todos estos eventos, que sin duda son atractivos y que con mucho gusto se hicieron para ustedes”.
Confió en que el próximo año pueda realizarse este festival, “para que todas las personas que nos visitan de la nación y, por supuesto, del extranjero, pues se lleven una grata sorpresa y una gran experiencia en este Pueblo Mágico”.
En su mensaje, agradeció la participación del citado ballet, “que, sin duda, ya es una tradición que compartimos los que nos visitan”.
La presentación, que duró alrededor de una hora, cumplió 28 años de celebrarse.
El Ritual a Quetzalcóatl es un espectáculo que muestra algunos de los aspectos más importantes de la cosmogonía náhuatl, relacionados con el dios prehispánico, Quetzalcóatl, patrono de Cholula, donde se exponen las versiones coreográficas de las leyendas fundacionales de este numen, y se complementa con la recreación de la indumentaria y el simbolismo relacionado con esta deidad.
La música se ejecuta con instrumentos de origen prehispánico y es creada para este montaje; el texto de Fray Diego Duran sienta las bases etnohistóricas de la fiesta, y las investigaciones de León Portilla, Laurette Sejourne, López Austin, entre otros, brindan el soporte histórico.
Antes de la representación, algunos visitantes levantaron las manos hacía el cielo como parte de la celebración del equinoccio de Primavera.
De igual forma, otros realizaron algún tipo de limpia, para lo cual emplearon copal, incienso y diversas plantas.
Asimismo, danzantes personificados como aztecas bailaron en los alrededores de este monumento prehispánico, el cual tiene el basamento más grande del mundo con 400 metros por lado y 65 de altura.