Llegó la primera parada del año
Aunque nuestros calendarios laborales son diferentes a los de la religión católica, que suelen regir los usos y costumbres de nuestra civilización, al menos, en lo que respecta a las vacaciones “navideñas” o de fin de año y a las de “Semana Santa” o primavera, la realidad es que creyentes o no, los mexicanos dividimos nuestro año en tres periodos de descanso y este domingo inicia formalmente el que corresponde a la cuaresma, “spring break” o vigilia de resurrección.
Además de las vacaciones largas de verano que corresponden al fin de cursos escolar, las de diciembre y las de marzo/abril suelen ser como una escala para que podamos tomar un respiro del trajín estresante que implica nuestra cultura occidental.
Curiosamente, el periodo de descanso de fin de año e inicios del nuevo, suele ser un momento de reflexión en el que tradicionalmente hacemos nuestros propósitos para los 365 días venideros y algunos de estos buenos deseos incluyen una primera parada en la próxima semana santa.
Temas como “lucir una mejor figura” en la próxima Semana Santa, dejar de fumar, ponerme a dieta, dejar de beber en exceso, dejar de usar drogas, dejar de engancharme y pelearme con los demás, ahorrar, evitar compras compulsivas, dejar de ir al casino y varios propósitos similares suelen llenar las listas de cada 31 de diciembre. A mis queridos lectores y a mis consultantes, a los que veo en privado y a los que me honran con seguirme en mis redes sociales, hoy les hago una pregunta directa: ¿cómo van tus propósitos de este 2018?
¿Lograste la figura para el bikini para las vacaciones que inician el domingo? ¿cuántos meses o semanas llevas sin fumar? ¿hace cuánto que no te excedes con el licor? ¿pudiste dejar la droga? ¿terminaste esa relación tóxica que te estaba dañando? ¿ya no te enganchas con los demás? ¿pudiste ahorrar? ¿has sido más consciente en tus compras? ¿has dejado de ir al casino? ¿Lograste cumplir tu intención de la Cuaresma? La respuesta evidentemente es para ti, para nadie más.
Si has logrado tus propósitos, ¿cuáles fueron tus aciertos? ¿cómo te sientes? Si no los has logrado, ¿sabes por qué? ¿aún los deseas concretar? ¿tienes un plan para retomarlos?
Lo importante en cualquier proceso de cambio o evolución es tener la honestidad contigo mismo para seguir avanzando. A veces, circunstancias externas hacen que tus buenos deseos corran otra suerte; en ocasiones, tú mismo sigues boicoteándote, a veces la vida simplemente tenía otros planes reservados y me parece que lo verdaderamente relevante es ¿cómo asumes la realidad y qué estás dispuesto a hacer para seguir creciendo?
Yo me atrevería a sugerirte que no esperes hasta el final de 2018 cuando hagas tu lista de buenos propósitos para 2019. Si vas bien, síguele y se testimonio de que si es posible evolucionar y despertar. Si aún estás retrasado, nunca es tarde para iniciar. Para quienes creemos en Cristo, la semana de la Pasión, muerte y resurrección de Jesús es una oportunidad maravillosa para hacer contigo ese renacer que has estado deseando.
En cualquiera de los casos, te deseo el mejor de los éxitos y la mayor de las felicidades.