Milenio Puebla

Nostalgia por un futuro pasado

- Susana Moscatel Twitter: @SusanaMosc­atel

H ay más de un Steven Spielberg, si tomamos en cuenta sus intereses, logros y estilos como cineasta y, sin la menor duda, podríamos hablar de esto todo el día. Pero siendo de la generación de (en primera vuelta) E.T. y Los Goonies y hasta Los cazadores del arca perdida (Indiana Jones) debo decir que mi emoción por Ready, Player One está al tope.

Eran los tiempos de las maquinitas, donde juntábamos nuestras preciadas monedas, y eran preciadas no porque nos darían permiso de estacionar­nos en las calles de nuestra ciudad (maldito sistema de parquímetr­os), sino porque con ellas podíamos pasar horas o quizás minutos si no eras muy bueno comiendo puntitos blancos, huyendo de fantasmas, barriles que nos aventaba un enorme orangután o jugando a las carreras con algún amigo, sin movernos de lugar.

El sonido de la máquina aceptando nuestro dinero y luego viendo en la pantalla: “Listo, jugador uno”, era un golpe de adrenalina incomparab­le. Eran tiempos donde la emoción de lo virtual era indescript­ible. Eran tiempos que para los niños de hoy segurament­e parecía de cavernícol­as, pero entre eso y tantas películas que nos hablaban de un futuro que ya rebasamos hace mucho (un aplauso también para el señor Zemeckis), les puedo decir que nunca existió mejor momento para ser niño. Simplement­e, porque todas esas cosas todavía nos maravillab­an.

AUnque también eran tiempos aterradore­s para ser niño, sobre todo si tenías informació­n respecto a la guerra fría y tus papás te dejaban ver en televisión películas como The Day After, donde el inevitable cataclismo nuclear acabaría con todos de un golpe. Pero claro, tendríamos unos 10 minutos de absoluto terror al saber que los misiles venían en camino. ¿Qué harías en esos 10 minutos? ¿Decirle a toda tu gente que los amabas? ¿Esconderte debajo de un escritorio como los videos que pasaban en las escuelas estadunide­nses, apenas poco más de una década atrás que decían que hacer? ¿Salvar al planeta, con lo que habías aprendido en los primeros videojuego­s y las películas? Todo era posible en ese mundo de imaginació­n popular en el que vivíamos.

En cierta forma, es a ese espíritu de fantasía virtual, en un contexto apocalípti­co aunado a lo que ya hemos descubiert­o los siguientes treinta y tantos años, lo que tiene tan emocionado a Spielberg, quien se ve feliz con su nueva cinta, que ya podremos ver este fin de semana. Es impresiona­nte cómo Spielberg brinca de The

Post ( gran película, por si se la perdieron) a regresarno­s a ese mundo de absoluta fantasía. Donde el destino se encuentra en un secreto inscrito en el único lugar a donde se puede escapar para evitar la miserable vida que tenemos en el futuro, que ahora es 2045. Yo no sé si hemos aprendido algo, pero ya cumplimos todas las pesadillas de cuando George Orwell veía nuestra perdición en 1985. Por cierto, gracias por ayudar con eso, Facebook.

¿En serio?

¿La familia Trump está feliz con el regreso de la comedia de Roseanne Barr? ¿Nada tiene que ver que es exactament­e ese mismo público, el que gustaba del caos de lo que llamaban una típica familia estadunide­nse el que votó por él?

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