Cien funcionarios dijieron
s una alegría saber que alguien en el Gobierno Federal está haciendo su trabajo. En conferencia de prensa – que parecía un homenaje a
Cien mexicanos dijeron–, la Sedatu, así como la propia e impecable Chayito Robles (que ha escapado, gracias a Dios, a las acusaciones sobre esa cosa llamada
Estafamaestra, la cual es tan maestra que nadie parece entender cómo es que todas esas triangulaciones hicieron ahí su nido por espectrales y fantasmagóricas), anunciaron que a seis meses de los temblores — que le recordaron a los mexicanos que el verdadero peligro está en la especulación inmobiliaria— ya se habían construido 2.2 mil casas para damnificados, que ya solo faltan 58 mil para terminar la tarea, que no se preocupen, que ya falta menos, que seguramente estarán antes de que le comiencen a brotar los socavones al nuevo aeropuerto.
Y no creo que sea por falta de rigor ni de cariño que no se han podido terminar diez casitas más, sino porque hay mucha distracción, mucho jaloneo. Ahí tienen a los gringos y los canadienses, que en sus exigencias para la negociación del TLC le piden a México que suba los salarios a los trabajadores, por lo menos a 15 dólares la hora, para que no estén tan muertos de hambre y, de paso, se logre que la masa trabajadora primermundista sea más competitiva. Digo, no se vale, si el chiste de la mano de obra nacional es que casi que paga por laborar para que el empresariado nativo, humanista ante todo, no se vaya a quedar pobre.
En ese sentido, el secre del Trabajo, Campa Cifrián, salió a defender el aumento salarial, claro, de dos o tres pesillos, así como para taparle el ojo al macho.
Otro distractor es el de la inseguridad que, por supuesto, como bien plantean las autoridades, está más sobrevalorada que el nuevo aeropuerto, que es para la fanaticada oficial lo que el Muro es para Donald Trump. Todo les inquieta, solo porque hay mucha matazón y todavía no procede el Hoy No Circula para las balaceras (cosa que haría mucho bien).
Incluso hay quienes se sacan de onda porque el ex góber Sandoval, de Nayarit, ¿qué creen?, se ganó su clásico amparito con la PGR, cuya defensa hace más agua que la de Argentina sin Messi que más aplauda.
Lo que debería de importar es que ya va el tres por ciento de las viviendas para la reconstrucción a cargo de Chayito, esa honorable funcionaria que tanto bien le ha hecho al país, y que éstas tendrán la misma consistencia moral que todos los proyectos de Ruiz Esparza y las magníficas empresas con las cuales se ha perfeccionado la elaboración ingenieril de socavones. A ver si esta gente no asesora al
dotor Mancera en la construcción del Memorial del Sismo, que tanta falta hace (curioso que se construya primero un monumento antes de que circule el verdadero apoyo a los damnificados), donde seguramente resplandecerá con la manera fulgurante en que se despide don Mickey: “Me voy limpio, quiero ser fiscal”.
Cien funcionarios dijieron.