Se coloca como referente debido a la elevada asistencia de fieles que participan en la celebración del Viernes Santo, así como en las actividades religiosas; este año, más de 160 mil visitantes presenciaron el recorrido de los seis santos en calles del pr
La capital del estado
En los últimos años, Puebla se ha colocado entre los primeros lugares con mayor participación y asistencia de fieles en la Procesión de Viernes Santo, como la realizada en Iztapalapa (Ciudad de México) o en San Luis Potosí, destacó el arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, quien pidió acompañar a Jesús en su camino al Calvario. La XXVII Procesión de Viernes Santo comenzó en el atrio de la Catedral en punto de las 12 horas las Tres Caídas, y después llegó la Virgen de la Soledad, seguida por el Señor de las Maravillas; éste último causó mayor furor entre los fieles, pues a su arribo, el contingente que lo acompañó vestía uniformes negros con sombreros de pico y máscaras de igual color. Además, los devotos realizaron una marcha con palos, provocando los aplausos de los fieles, quienes con gusto recibieron la imagen de Jesús Nazareno.
Desde las afueras del Palacio Municipal, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (Ssptm), Manuel Alonso García, se encontraba atento al desarrollo de la procesión, y a través de un radio comunicador monitoreaba la seguridad en los otros puntos, como El Calvario y la zona de San Francisco.
Pese a los estragos del calor, los poblanos no dudaron en mantenerse a las orillas de la 16 de Septiembre, la Avenida Juan de Palafox y Mendoza, para ser parte de la Procesión, y ver caminar al arzobispo.
Víctor Sánchez Espinosa solo fue acompañado por el rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Emilio Baños Ardavín, y esta vez no se contó con la asistencia del alcalde, Luis Banck Serrato.
En las calles del primer cuadro de la ciudad, se pudo apreciar el confetti lanzado por los fieles y algunos ramos con “estates”; en algunas partes del recorrido, personas regalaban naranjas y agua a los fieles que seguían las imágenes.