Milenio Puebla

Lo sustantivo, a futuro

- Mariela Solís mariela.soro@gmail.com

L os seres humanos estamos acostumbra­dos a reunirnos en colectivos: la familia, tribus, países, etcétera. Tenemos la necesidad de pertenecer a algo más grande que nosotros. Por eso existen las religiones, los clubes, las logias y otras asociacion­es, como los partidos políticos, las aficiones de equipos deportivos, subcultura­s urbanas y otras formas de organizaci­ón social. Esto es normal y parte de un factor evolutivo y biológico de nuestra especie. Estamos más protegidos en grupos, tendemos a buscar orden y jerarquiza­ción de las funciones con base en estos grupos, y también le damos sentido de pertenenci­a a nuestra vida.

Muchas de las cosas que realizamos dejan ver caracterís­ticas en común de estos grupos de pertenenci­a. Por ejemplo, cuando vemos un partido de futbol, tenemos un lenguaje similar al de otros a los que también les gusta el futbol y, más particular­mente, comportami­entos o actitudes muy parecidas a las personas que comparten nuestra afición por un equipo. Son “códigos” que nos identifica­n como parte de este grupo.

Esto también se traslada a nuestros colectivos o grupos de pertenenci­a en el ámbito social, ciudadano y político. Si se dan cuenta, de unas semanas a la fecha, muchos de los contactos de sus redes sociales comparten una forma de hablar o de compartir informació­n que denota que tienen afinidad o que sienten pertenenci­a hacia ciertos colectivos de simpatizan­tes o militantes de partidos o de candidatos. Y segurament­e han visto, incluso participad­o, de las discusione­s ideológica­s, políticas, de propuestas y de campañas que son comunes en estas plataforma­s. Mi llamado es a reconocer que lo verdaderam­ente importante de las personas con las que convivimos, no son estas expresione­s y no son sus grupos de pertenenci­a.

En unos meses, cuando el torbellino de las campañas electorale­s pasen, nuestros vecinos seguirán compartien­do la calle con nosotros. Nuestros familiares no habrán dejado de serlo. Las personas con las que trabajamos seguirán llegando cada mañana a la oficina, como hasta antes y durante este periodo. Nuestras expresione­s, sobre todo públicas, son respetable­s en cuanto a que nos ayudan a entender o a dar a entender la realidad “como la vemos”. Desde nuestro contexto, con sus alcances y limitacion­es. En concreto, desde una percepción del mundo y de hechos objetivos.

El 02 de julio, volveremos todos a nuestras oficinas, veremos a nuestros parientes, seremos atendidos por el médico, platicarem­os con amigos y seguiremos tendiendo a formar estas conexiones y relaciones, pues también en grupo formamos una percepción de cómo debería ser nuestra realidad.

Es posible que nuestras tías sigan compartien­do noticias falsas, ya no de candidatos; sino de otros hechos, porque pertenecen a una generación en la que bastaba que alguien cercano afirmara aun hecho para confiar que fuera cierto. No están tramando, ni tejiendo complots políticos, tampoco son bots, afiliadas o parte de un grupo de choque. Como tampoco lo son quienes tienen ideologías o una propuesta de sociedad diferente a nosotros; siempre y cuando esta visión no sea discrimina­toria, vaya en contra del bien común, proponga acciones que rayen en lo delictivo, o que dañen a un grupo o sector social.

Lo sustantivo, a futuro, es que no importa quién nos represente; siempre y cuando podamos seguir teniendo la certeza de que podemos depender unos de otros y poder vivir en armonía, en el gran colectivo llamado México.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico