Para Lego, México no es un juego
Este año México estuvo muy presente en las reuniones de las amarillas oficinas de Lego en Billund (Dinamarca). En febrero abrieron la primera Lego Store en Centro Comercial Santa Fe (CdMX) y fue “una de las aperturas más exitosas del mundo. En dos meses hemos atendido a 100 mil clientes y vendido 46 mil piezas”, me dice Alfredo Siman Nicolas, ExpansionDIManager de Juguetrón, el grupo mexicano que ganó el año pasado la licencia para operar las tiendas en el país.
Esto no es todo. Según la consultora de mercado NPD Group, mientras el año pasado el mercado mundial del juguete solo creció 1 por ciento, el mercado mexicano fue el número 1 del planeta en ventas, representando 12 por ciento de las ganancias.
“Nuestra planta de Nuevo León provee a toda América, siendo los principales clientes EU, Canadá y México. Ya es la fábrica más grande del mundo y seguirá creciendo. Empezamos en 2008 con 5 mil m2, hoy tenemos 100 mil y en 2020 llegaremos a los 190 mil”, agrega Daniela Cavinatto, gerente general de Lego México.
Con este triunvirato de mercados, ¿le preocupa a la marca danesa la renegociación del TLC? “Estamos atentos a lo que ocurra, pero hay otras razones que nos hacen mantenernos aquí, como contar con una fuerza laboral muy preparada y sin dudas la localización, la cercanía a los principales clientes”, agrega.
Como parte de las innovaciones que trajeron este año está su propia red social ‘segura’ infantil, Lego Life. “Fue una sorpresa aquí, porque hicimos un soft landing y tuvimos el mayor número de usuarios registrados en el primer día en el mundo”, agrega Cavinatto. Fueron 15 mil mexicanos y subió inmediatamente al top de las app descargadas.
Y mientras México se convirtió en la locomotora de la venta de juguetes en el mundo, la mayor red de jugueterías local (Juguetrón, con 109 tiendas) que se quedó con Lego en una buena época: creció además el doble que el mercado, casi 24 por ciento. “Tenemos un plan a cinco años para abrir 15 tiendas. Este año abriremos tres, en las principales ciudades del país”, agrega
Alfredo Siman, quien fue el encargado de hacer con sus hermanos Emilia y Alberto en solo tres meses el pitch para enamorar a los daneses y sumar esta marca al portafolio de negocios de la empresa.
A Alfredo, curiosamente, los únicos juguetes que le gustaron desde que era niño (a pesar de haber nacido en una familia juguetera) eran los Lego. Guarda en su celular la foto de una pared en su casa con una decena de monumentos emblemáticos del mundo hechos con su marca favorita. El 1 de agosto de 2017 le avisaron que había ganado la pulseada y se quedó mudo en el teléfono. Solo atinó a buscar tres ladrillos amarillos y llevarlos al cumpleaños de su hermana para entregarles a sus papás y a ella ese símbolo que hoy lo tienen sonriendo como niño, y facturando como pocas tiendas en el mundo.