83% de mexicanos no confía en información electoral televisiva
Propagación de noticias falsas son resultado de que no realicen las tareas del periodismo
Cerca del 83 por ciento de los mexicanos no confían en la información que pasa en los programas televisivos, reveló la directora del Departamento de Humanidades de la Universidad Iberoamericana, Lilia Vélez Iglesias, en el marco del “Foro 2018: ¿qué país está en juego?” Campañas políticas y medios de comunicación”.
Asimismo, señaló que la propagación de noticias falsas son el resultado de que hoy en día los medios de comunicación no realicen las tareas básicas del periodismo, que son verificar, consultar fuentes, y diversas opiniones de los involucrados. “En el periodismo debe de regir la verificación de fuentes, en la propaganda es la modalidad persuasiva, que llega a convencernos, en el modelo que hay en México no compara la presentación de propuestas, sino sólo el tema mercadológico en los candidatos”, apuntó.
Durante el foro, Juan M. Crisanto Campos, miembro del servicio profesional electoral, Ana Lidya Marín catedrática de la Ibero y la académica Vélez coincidieron que en el modelo de comunicación político-electoral, debe existir una equidad en la cobertura periodística sobre los procesos electorales, así como derecho de los ciudadanos.
Crisanto Campos, agregó que México está reprobado en cuatro de cinco asignaturas que construyen la democracia, de tal forma existe desconfianza de la ciudadanía ante las instituciones.
Abundó que también el territorio mexicano obtuvo una calificación reprobatoria en la rendición de cuentas y que el 50 por ciento de los mexicanos están en pobreza, lo que da como resultado poca información de las instituciones.
Por su parte Ana Lidya Marín, catedrática de la Universidad Iberoamericana, mencionó que las noticias falsas son un riesgo cibernético no tipificado, ya que le muestra a la ciudadanía tiempos políticos y tiempos sociales en imágenes saturadas.
Vélez Iglesias, consideró que los ciudadanos deberán poner mayor atención en la interacción de los candidatos y sus propuestas durante el primer debate presidencial con nuevo formato. “Nos encanta fijarnos en cómo va vestido, si se vistió de blanco, de azul, de rojo, qué tipo de palabras utilizó, está bien, no digo que sea incorrecto pero eso no va a resolver los temas de este país”, apuntó al confiar que no se tengan distracciones para los candidatos y la ciudadanía, como modelos y edecanes como sucedió en la pasada elección presidencial, durante un debate.