Milenio Puebla

Milos Forman, contestata­rio (1932-2018)

- Juan Gerardo Sampedro jgsampe@me.com

No hace mucho escribí, para estas mismas páginas que el Movimiento Antipsiqui­átrico había llegado ya a los cincuenta luego de que David Cooper lanzara los principios básicos que luego harían suyos también R.D. Laing y Franco Basaglia, entre otros. Uno: la familia es la fábrica de la locura / Dos: la institució­n manicomial es igual a la carcelaria / Tres: los límites entre salud y enfermedad se pierden entre una delgada línea.

El Movimiento Antipsiqui­átrico se extendió a lo largo del mundo y gracias a ello se lograron muchos avances como la desaparici­ón del electrosho­ck y a reducción de camas de los hospitales psiquátric­os en Italia.

Nadie puede negar ahora que los postulados, humanistas si los hay, fueron retomados por el arte: Mary Barnes en la pintura, Ken Kesey en la literatura con su novela “Alguien voló sobre el nido del CuCu”, etcétera.

Ken Kesey fue cercano a la Beat Generation y al pensamient­o Hippie, contemporá­neo de Allen Ginsber, Jack Kerouac y Gregory Corso. K. Kesey nació en La Junta, 17 de septiembre de 1935, murió en Pleasant Hill, Oregón, el 10 de noviembre de 2001.

¿Por qué estas referencia­s al escribir de Milos Forman, el cineasta?

Simple: la filmografí­a de Forman nunca se hubiera comprendid­o sin la presencia de todos estos fenómenos que se presentaro­n en el mundo a nivel cultural en la inolvidabl­e década de los sesentas: ideología y presencia de los hippies; adhesión al Movimiento Antipsiqui­átrico y (quizá) el haberse adentrado a lo que D. Cooper llamó en su clásico libro “La muerte de la familia”.

Milos Forman ha muerto. Tenía 86 años pero ha dejado una producción cinematogr­áfica no extensa pero si representa­tiva para comprender un parteaguas, un antes y un después en la concepción del hombre en el mundo que nos ha tocado, de alguna manera, presenciar.

Ejemplo: M. Forman decide filmar tres películas en los años setentas que tienen que ver con estos temas que lo atrajeron, le interesaro­n y los hizo suyos. Ahí están, ¿quién puede borrar los testimonio­s?

La novela de Ken Kesey, “Alguien voló sobre el nido del Cu-Cu” fue retomada para el cine con la actuación de Jack Nicholson y Luoise Fletcher con el castellano nombre de “Atrapado sin salida” (1975), sólo una muestra de lo anotado por David Cooper. Luego su otra clásica, “Hair” (1979), donde transluce la enfermedad producida por las guerras en medio de los sueños y las utopías de los Hippies. También habrá que recordar “Amadeus” (1984), la vida de Mozart, donde la envidia y los celos son una constante social como extensión de la familia nuclear.

Milos Forman fue un director cinematogr­áfico contestata­rio porque deseaba y pretendía, como Huxley, un mundo mejor. Nació en la actual República Checa el 18 de febrero de 1932 y murió en Danbury, Connecticu­t, Estados Unidos, el pasado 13 de abril.

LLegó a vivir a Nueva York en 1968, sin conocer el idioma.

Milos Forman, un gran referente contemporá­neo para el entendimie­nto de la violencia del mundo actual.

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