La sociedad civil fifí
De lo que más llama la atención del discurso de Andrés Manuel López Obrador es su descalificación continua a las organizaciones de la sociedad civil. Se refiere a sus integrantes como fifís, y a las organizaciones mismas como “tapaderas”.
Vaya uno a saber qué le genera tanto odio hacia ellas, pues, como él las narra, no sirven más que para perpetuar un sistema de corrupción y de injusticia en pro del poder y en contra de la sociedad.
Mientras escribo estas líneas, la ONG Nosotrxs está en Los Pinos entregando más de 20 mil firmas al presidente Enrique Peña Nieto para que envíe a ratificación al Senado el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo. Este convenio protege los derechos de las trabajadoras del hogar, 2.4 millones de personas, que en la actualidad tienen escasa si no es que nula defensa en la ley mexicana. Nosotrxs quiere que ellas sean tratadas como eso, trabajadoras, y no como esclavas.
Hace unas semanas, Animal Político y Mexicanos contra la Corrupción ganaron el premio de periodismo más importante en español, el Ortega y Gasset. Lo hicieron por su invaluable trabajo “La estafa maestra”, en el que documentaron un modus operandi que se extiende a lo largo del gobierno actual y que sirve para desaparecer, cotidianamente, millones de pesos del erario.
En septiembre del año pasado, más de 100 organizaciones no gubernamentales se opusieron públicamente a la designación del así llamado fiscal carnal; el Congreso buscaba aprobar el nombramiento del entonces Procurador General de la República, Raúl Cervantes, como nuevo fiscal general. Cervantes hubiera sido nombrado por un periodo de nueve años. Gracias a ellos, la maniobra no prosperó.
En un país en el que el gobierno ignora a sus representados y actúa contra sus intereses, estas organizaciones fifís al menos oponen resistencia y se hacen escuchar.
Bien haría López Obrador en tomarlas en cuenta y no descalificarlas. Tampoco se quedarán calladas en caso de que él llegue a la Presidencia.