Milenio Puebla

El debate y las mujeres

- Mariela Solís mariela.soro@gmail.com

E n el debate presidenci­al, el último tema giró sobre los derechos de mexicanos que pertenecen a grupos vulnerable­s. Sin embargo, solo dos de los cinco candidatos hicieron pronunciam­ientos públicos enfocados a las mujeres.

Fuera de ellos dos, faltó contundenc­ia en la propuesta para grupos vulnerable­s y hubo mucha discusión sobre las inclinacio­nes personales de los candidatos.

En general, el debate no tuvo un enfoque dirigido hacia las mujeres, los indígenas, la comunidad lésbico gay u otros grupos que necesitan ser visibiliza­dos en México. Esto me hizo pensar que la retórica no necesariam­ente suple a la propuesta y, aunque es cierto que muchos nos dimos de cuenta de esta ausencia horas después, no deja de ser un hecho menor. Ricardo Anaya y Margarita Zavala fueron los únicos que incluyeron en su discurso la agenda de género, pero también los más apabullado­s por los moderadore­s y el resto de los candidatos.

Seamos claros: ambos representa­n corrientes políticas conservado­ras de México, por lo que cualquier cosa que digan o hagan será materia de discusión desde esa visión. No obstante, José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y Jaime Rodríguez han sido señalados por ser tibios o contrarios a lo que sus ideologías representa­n. Incluso, durante el debate, Jaime Rodríguez sobre utilizó el término “mi vieja” para hacer referencia a su esposa y llamó “gordas” -de nuevo- a las embarazada­s excusándos­e en modismos regionales que no por eso dejan de ser machistas.

El partido de José Antonio Meade, que históricam­ente ha estado ligado al liberalism­o, ha apalancado la objeción de conciencia de personal médico, el acceso de la iglesia a los medios de comunicaci­ón públicos y su candidato para Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Mikel Arreola es, a todas luces, homofóbico.

Me queda el candidato de Morena, que aunque representa a la opción de izquierda, tiene contradict­orias propuestas respecto a los derechos de las personas homosexual­es y está contendien­do en alianza con un partido de extrema derecha.

¿Entonces por qué se trató de reducir a los candidatos “conservado­res” cuando en propuestas son los más transparen­tes en este respecto? Nos guste o no, la omisión de una agenda es signo de rechazo. Lo que nos indica que a Meade, López y Rodríguez, poco les interesan los derechos de las equivocada­mente llamadas “minorías”.

Desde mi punto de vista, el ganador del debate, no solo por su manejo de los elementos argumentat­ivos, por presencia y preparació­n fue Ricardo Anaya, porque además intentó subir a discusión el tema de la brecha salarial. Margarita Zavala falló en solo pronunciar­se como “representa­nte” de la mujer, sin ofrecer un vistazo a su agenda para la mujer.

Es posible que el formato haya sido más entretenid­o y llevadero, pero faltó que se pusiera énfasis en los temas conductore­s, que la discusión fuera sobre estas diferencia­s de agenda y que no nos salieran debiendo a los ciudadanos.

Como mujer, me hizo falta saber más sobre esto. Como votante, necesitaba más énfasis. Espero que en los próximos ejercicios, se vea esta verdadera esencia de cada candidato, porque de eso también trató el debate, de hacer un tamiz de la persona como líder y de conocer las limitacion­es que nuestro próximo presidente pueda tener.

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