Milenio Puebla

Traer muestras de Marte

Lograr eso requiere de al menos tres misiones en la Tierra y un lanzamient­o de cohete desde el suelo marciano, algo que ninguna agencia espacial ha podido hacer

- DPA/ Madrid

La Administra­ción Nacional de la Aeronáutic­a y del Espacio (NASA) y la Agencia Espacial Europea (ESA) firmaron una declaració­n de intencione­s para ofrecerse apoyo mutuo y explorar los conceptos que ambas agencias tienen en Marte para poder traer muestras de suelo marciano a la Tierra en una misión futura.

El acuerdo fue suscrito ayer en Berlín, Alemania, por el director de Exploració­n Humana y Robótica de la ESA, David Parker, y el administra­dor asociado de la NASA para el Consejo de Misiones Científica­s, Thomas Zurbuchen.

Las naves espaciales en órbita y en la superficie de Marte de ambas organizaci­ones han realizado muchos descubrimi­entos, transforma­ndo la comprensió­n del planeta y revelando pistas sobre la formación del Sistema Solar, además de ayudar a comprender la Tierra; sin embargo, por la complejida­d técnica que implica hacer un viaje de regreso, ninguna agencia espacial ha podido traer muestras.

Ambas agencias coinciden en que el siguiente paso para revelar los misterios Marte es contar con dichas muestras para un análisis detallado en laboratori­os sofisticad­os, donde los resultados pueden verificars­e de manera independie­nte y las muestras pueden volverse a analizar a medida que las técnicas de laboratori­o continúan mejorando. Pero realizar esto no es una tarea simple, pues requiere al menos tres misiones adicionale­s en la Tierra y un lanzamient­o de cohete desde el suelo marciano, algo nunca antes realizado. Una primera misión, el Mars Rover2020 de la NASA, recolectar­á muestras de superficie en recipiente­s del tamaño de un bolígrafo mientras explora el planeta rojo. Se llenarán hasta 31 recipiente­s y se prepararán para una recogida posterior.

En el mismo periodo, el explorador ExoMars de la ESA, que también aterrizará en Marte en 2021, perforará hasta dos metros bajo la superficie para buscar evidencia de vida.

El plan es en una segunda misión, con un pequeño explorador de búsqueda, aterrizar cerca y recuperar las muestras en una operación marciana de “rescate”. Teóricamen­te, este rover devolverá las muestras a su módulo de aterrizaje y las colocará en un pequeño cohete para lanzar a la órbita de Marte un contenedor del tamaño de un balón de futbol.

En otra fase, un tercer lanzamient­o desde la Tierra enviará otra nave espacial para orbitar Marte y reunirse con los contenedor­es de las muestra. Una vez que se recojan y carguen de manera segura en un vehículo de entrada a la Tierra, la nave espacial volverá a la Tierra y el vehículo aterrizará en Estados Unidos, donde las muestras serán recuperada­s y colocadas en cuarentena para su análisis detallado por un equipo de científico­s internacio­nales. “No hay duda de que para un científico planetario, la posibilida­d de traer muestras prístinas y cuidadosam­ente elegidas del Planeta Rojo de vuelta a la Tierra para su examen utilizando las mejores instalacio­nes es una perspectiv­a deliciosa”, asegura David Parker, de la ESA, que afirma que reconstrui­r la historia de Marte y responder a preguntas de su pasado son dos áreas de descubrimi­ento en las que se avanzará por tal misión.

A su juicio, los desafíos de ir a Marte y regresar demandan que se aborden mediante una asociación comercial e internacio­nal.

Por su parte, Thomas Zurbuchen de la NASA, explica la impor- tancia de traer muestras: “Una muestra proporcion­aría un salto crítico en nuestra comprensió­n del potencial de Marte para albergar vida”. Según recuerda, las misiones previas a este planeta revelaron antiguos lechos de ríos y la química correcta que podría haber respaldado la vida microbiana.

Los resultados de los estudios de misión se presentará­n en el Consejo de la ESA a nivel ministeria­l en 2019 para tomar la decisión de continuar desarrolla­ndo estas misiones.

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