Sufren peor que Luismi
ues según lo que indican las más recientes encuestas, el dotor Mit que va en un bochornoso tercer lugar, tendría que haber comenzado a dar de manotazos sobre la mesa de su campaña hace mucho, pero mucho tiempo, justo cuando esta columna que no es populista, sino populachera, le sugirió con humildad que corriera a todos los inútiles que tenía ahí estorbando porque les estaban echando a perder cualquier posibilidad de salirse con la suya. Se le dijo que echara a patadas a Aurelio Nuño que no puede ni defender su Reforma Educativa que no es ni lo uno ni lo otro; a Javier Lozano que es un neuroticazo de campeonato que se le va en puro rabiar al ritmo de copelas o cuellos; a Eruviel Ávila que cree que el país es como el Mordor
del Edomex y que puede demandar periodistas para borrar sus cadáveres en el clóset; y a los publicistas tricolores que alasraskianamente creyeron que podían recurrir a los spots del miedo que terminaron siendo un peor chiste que el Sensacional de populistas.
Digo, si de por sí el candidato priista que no negaba ser priista pero que caminaba como priista, pensaba como priista y graznaba como priista no tenía ni una pizca de carisma (y la señora Juana nunca le trajo aunque fuera un kilito de carisma cuando iba al súper), con toda esta bola de inútiles que son más fútiles que el voto inútil estaba muy complicado salir adelante. Eso sin contar que ya ser candidato del PRI y Partido Verde es una invitación al suicidio político, tomando en cuenta el estado de las matazones y la inseguridad, el dudoso estado de las finanzas, y la apabullante corrupción instaurada por la Loca academia javiduviana de góbers preciosos.
Así, es curioso que el Consejo Coordinador Empresarial, en vez del señor Castañón, su presidente, no identificara a la corrupción como uno de los fasctores que impiden el desarrollo, la productividad y la generación de empleos de a de veras. Ni eso ni la hiperviolencia desatada.
Pero como quiera que sea, lo peor en la campaña de Mit es que a dos meses de la elección, lo único que se les ocurrió fue destituir a Clavillazo Ochoa Reza, un sujeto groseramente impresentable, y sustituirlo en la presidencia del PRI por un antiquísimo dinosaurio llamado René Juárez Cisneros.
Chale, mejor hubieran resucitado al último Regente priista, Oscar Espumoso Villarreal. Claro, tendría que tener su amparo bajo el brazo como corresponde a todo chozno de don Plutarco, porque dicen que todavía debe varias.
Del lado del Chicken Little las cosas no van mejor. Apenas subió un mendrugo de porcentajes en las encuestas, nadie quiere declinar a su favor, tuvo que negar la negociación en Los Pinos, se adelantó demasiado con lo del voto útil porque ya se le quemaban las habas a Jorge Castañeda y, al menos hasta hoy, su capacidad para el rollo y la verba florida de vendedor de tiempos compartidos en Kafkapulco, no ha servido de mucho.
No sé, me lo imagino sufriendo peor que Luismi.