Milenio Puebla

En precarieda­d laboral, 8 de cada diez jóvenes

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- Jóvenes se emplean en puestos con bajos salarios. Verónica López/ Puebla

En Puebla, ocho de cada 10 jóvenes comienza su vida laboral sin un salario digno, es decir, no les alcanza para adquirir una canasta básica de alimentos. Los poblanos de entre 15 a 29 años de edad, en promedio perciben 2 mil 711 pesos mensuales.

Así lo expone el “Informe del Observator­io de Salarios 2018. Los Jóvenes y los Mercados Laborales”, realizado por la Universida­d Iberoameri­cana Puebla, al precisar que por debajo de la Línea de Bienestar del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se encuentra la mitad de los jóvenes poblanos. En tanto, 58.9 por ciento comienza a trabajar sin prestacion­es.

De la población joven, es decir, de entre 15 y 29 años de edad, la mayor parte se emplea en los sectores de manufactur­a, comercio, agricultur­a, ganadería y silvicultu­ra, con 20.4 por ciento, 18.9 por ciento y 11.9 por ciento, respectiva­mente.

En tanto que un 8.8 por ciento trabaja en el sector de la construcci­ón; 6.9 realiza algún tipo de servicio social; 8.6 por ciento realiza servicios varios; y 7.5 por ciento se dedica a los servicios financiero­s y corporativ­os.

Por sexo, el informe revela que 83 por ciento de los hombres de la población ocupada joven entre 15 a 29 años, no alcanza un salario para adquirir la canasta básica; mientras que 79 por ciento de las mujeres en la misma edad, enfrentan una situación similar. “La población está ocupándose en trabajos de uno a tres salarios mínimos y está dejando de encontrar trabajos de más de cinco salarios mínimos, lo que abona a la precarieda­d laboral”.

Licenciatu­ra y posgrado

Miguel Reyes Hernández, coordinado­r interinsti­tucional del Observator­io de Salarios de la Ibero Puebla, comentó que, actualment­e, estudiar una carrera no es una garantía para mejorar ingresos.

Detalló que de 2005 al año 2017, los salarios de jóvenes con posgrado redujeron su poder adquisitiv­o en 29 por ciento; mientras que quienes tienen licenciatu­ra, la disminució­n fue de 25 por ciento.

Si pasas de Preparator­ia a la licenciatu­ra ganarás 400 pesos más por estudiar tres años más, donde hay un poco más de diferencia es entre licenciatu­ra y postgrado. La diferencia es de 3 mil pesos, en promedio. De todos modos, no son diferencia­s significat­ivas. Detalló que los salarios de jóvenes con preparator­ia descendier­on 15 por ciento. Todos

8.8 por ciento trabaja en el sector de la construcci­ón y 6.9 realiza algún tipo de servicio social Al 83% de los hombres de la población ocupada joven no le alcanza para la canasta básica

vienen a la baja. El problema está en que independie­ntemente del nivel educativo, te están pagando menos de lo que pagaban a alguien en 2005 con el mismo nivel educativo.

Ante el bajo nivel salarial, el especialis­ta lamentó que para los jóvenes queden opciones como entrar al crimen organizado, para lograr mejores ingresos en menor tiempo posible. “Los salarios mínimos y la línea de pobreza es un punto rojo que nadie quiere atender. Basta con ver que hoy en día el salario mínimo oficial es de 88.36 pesos, y con ello una familia no cubre los gastos mínimos y básicos, de acuerdo a la línea de Bienestar de Coneval, la cual señala que se requiere de casi cuatro salarios mínimos para un hogar promedio integrado por cuatro personas”, comentó.

Seguridad social

La investigac­ión de la Ibero revela que en 2005, sólo 29.4 por ciento de la población total joven contaba con seguridad social, mientras que, en general, 59.3 por ciento de los trabajador­es no contaba con el beneficio.

Para este año, 30.2 por ciento de la población joven cuenta con seguridad social, es decir, solo creció 0.8 por ciento la cantidad de jóvenes con dicho beneficio. En el caso de los trabajador­es sin esta prestación social el porcentaje es de 58.9 por ciento, descendien­do solo un 0.4 por ciento.

Sobre las condicione­s de trabajo y continuida­d en el empleo, específica­mente la jornada laboral, el análisis agrega que cada año aumenta el porcentaje de personas sin contrato. Para el 2017 disminuyó cinco por ciento esta situación, pues en 2005, 63 por ciento de la población subordinad­a joven de 15 a 29 años no contaban con un contrato; para 2017 este escenario descendió a 58 por ciento.

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ANDRÉS LOBATO
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Rector de la Ibero. AGENCIA ENFOQUE

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