HERMANOS SERDÁN.
En medio de una guardia del Ejército Mexicano, los restos de Máximo, Carmen y Aquiles retornaron al inmueble que fue su hogar en 1910, en la ahora Calle 6 Oriente número 206, sede del inicio del movimiento revolucionario
Los restos mortales de los hermanos Máximo, Carmen y Aquiles Serdán regresaron a la que fue su casa, lugar donde los dos hombres fueron asesinados y la mujer apresada.
Después de haber sido retirados del monumento del bulevar que lleva su nombre, para ser trasladados al Taller de Restauración y Conservación de Material Orgánico, de la Coordinación Nacional de la Conservación del Patrimonio Cultural (Cncpc), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los restos mortales de los hermanos Máximo, Carmen y Aquiles Serdán regresaron a la que fue su casa, donde los dos hombres fueron asesinados y la mujer llevada presa, acusada, como sus familiares, de rebelión.
Desde la sede del gobierno municipal, escoltado por miembros del Ejército Mexicano, los restos de los poblanos fueron llevados a su antigua casa, el ahora Museo Regional de la Revolución Mexicana, en la 6 Oriente (antigua Portería de Santa Clara) número 206.
El año pasado, para la conmemoración del 107 aniversario del inicio del movimiento revolucionario, se esperaba el retorno de los poblanos pioneros en enfrentar a Porfirio Díaz, quien en 1910 buscaba la reelección; sin embargo, el sismo del pasado 19 de septiembre de 2017 impidió que se concretara el traslado.
Esta vez, los héroes “encabezaron” el desfile conmemorativo dela Batalla del 5 de Mayo, donde recibieron honores con guardias especiales en el edificio del Ayuntamiento. Cabe recordar que sus restos fueron exhumados del panteón donde reposaban, para ser depositados en una monumental edificación en el Bulevar Hermanos Serdán, sin embargo, sus descendientes descubrieron que el lugar, por falta de mantenimiento, no era el adecuado y las osamentas se deterioraban.
De esta forma, se propuso la restauración al Cncpc, donde se comprobó que la urna donde estaban los restos de Aquiles Serdán tenía una filtración de agua constante, lo cual había provocado “la disolución y recristalización de los minerales del hueso de manera heterogénea, en casi todo el esqueleto”.
Aun cuando los restos estaban, incluso, en una urna de plata (caso del cráneo de Aquiles), el deterioro por omisión avanzó.
Cuatro hermanos heroicos
Cuando se reconsideró la conservación de los restos de Aquiles, Máximo y Carmen, sus descendientes analizaron la inclusión del nombre de la cuarta hermana de los Serdán, Natalia, quien de acuerdo con los registros históricos, se llevó a los niños de la familia Serdán Alatriste, con el fin de evitar la refriega del 20 de noviembre de 1910, donde fue asesinado Máximo, mientras que Aquiles, al día siguiente.
Para el cronista e historiador, Pedro Ángel Palou Pérez, Aquiles fue asesinado, pues se le disparó sin darle oportunidad a defenderse, es decir, estaba desarmado.
Así, además de la reivindicación de Natalia para ponerla a la altura histórica de sus hermanos, cabe recordar que el gobierno estatal anunció la petición al gobierno federal de dejar para la “Casa de los Hermanos Serdán”, en comodato, el expediente el juicio de amparo promovido por la mamá de los héroes, Carmen Alatriste, y Filomena del Valle, esposa de Aquiles, contra la acusación de rebelión en contra de Máximo, Carmen y Aquiles.
La solemnidad y el respeto con el que fueron trasladados los restos de los hermanos Serdán contrastó con los hechos de los cuales se cumplirán 108 años el próximo noviembre. En aquella ocasión, 400 soldados del Ejército y 100 policías llegaron al antiguo número 4 de la Calle de la Portería de Santa Clara, con órdenes expresas de detener la rebelión acordada en el Plan de San Luis y las intenciones antireeleccionistas de Francisco I. Madero.
La marcha de regreso a casa de los hermanos Serdán fue solemne. Quizás entre los muros de su hogar, aún se escucha la petición: “¡Sufragio efectivo, no reelección!”.