La apuesta de los tercios en Puebla
Desde el tercer lugar, el PRI en Puebla apuesta por una votación dividida en tercios para las elecciones del próximo 1 de julio, situación que les abriría la posibilidad de competir con su estructura.
En las elecciones de 2010 en las que el partido tricolor perdió su hegemonía en Puebla, la contienda fue entre dos candidatos, Rafael Moreno Valle, del PAN, quien logró 1.1 millones de votos, es decir, 50.4 por ciento; y el abanderado del PRI, Javier Zavala, quien se quedó con 883 mil 285 sufragios, 40.1 por ciento.
En los comicios de 2016, la contienda fue también entre dos candidatos, José Antonio Gali Fayad, candidato de la alianza conformada por el PAN, el PRD, PT y el PSI, quien logró 805 mil 899 votos; mientras que el PRI alcanzó, con su candidata Blanca Alcalá Ruiz, la cifra de 596 mil 865 votos, 33.5 por ciento.
Con el cambio de la dirigencia nacional que desencadenó movimientos en el partido tricolor en la entidad y la llegada de Javier Casique Zárate como líder estatal, el PRI busca que su candidato, Enrique Doger Guerrero se acerque en preferencias a los dos primeros lugares, Martha Erika Alonso, candidata de por Puebla al Frente; y Miguel Barbosa, abanderado de Juntos Haremos Historia.
A menos de dos meses de la elección, como parte de su estrategia para recuperar terreno, Doger Guerrero comenzó a cuestionar la cantidad de recursos, viajes y propiedades con que cuenta el candidato de Morena. El objetivo es entrar a la contienda. Si en pocos días, la estrategia no brinda los resultados esperados, el PRI no será competitivo el 1 de julio y estará condenado al tercer lugar.
El ex rector de la UAP será presentado como un perfil académico y con experiencia luego de que ya fue presidente municipal de la capital. En el PRI saben que la cifra mágica para ganar una elección es de 1.2 millones de votos si la contienda se divide entre dos; pero si se divide en tres, será de poco más de 800 mil votos.
El candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, vendrá dos veces más a la entidad con el objetivo de conseguir votos y de paso impulsar a Doger Guerrero.
Para el PRI ya no hay tiempo, si todavía aspira a ser competitivo este es el momento de “quemar las naves”. Dividir la votación entre tres, también facilitaría la operación a los candidatos del PAN y de Morena, el problema es que la contienda se cerraría y la diferencia entre ganador y derrotados sería reducida. La elección está cerca y pronto sabremos los resultados de la contienda.