Casique, un PRI a contracorriente
Como ocurría en el otrora partido en el gobierno, cuando el candidato a gobernador del PRI imponía a uno de los suyos en la conducción del partido, así ocurre con Javier Casique Zárate.
Sin embargo las circunstancias de hoy son muy distintas porque la época del partido único se acabó con la alternancia que inició en México con la elección presidencial del año 2000, y desde esa fecha las contiendas fueron más competitivas.
La alternancia llegó a la entidad poblana diez año después, en 2010, y desde esa fecha el PRI no se ha podido recuperar en el estado.
La realidad es que en el resto del país el priismo sigue perdiendo gubernaturas y está en este momento, en la elección presidencial y de gobernador en nueve estados, como tercero en la intención el voto.
Un elemento adicional en el grado de dificultad política para dirigentes del PRI como Javier Casique, es la elección concurrente, entre la federal y la local, y la tendencia del voto está muy cuesta arriba:
El priismo poblano es un partido de oposición en el estado, siguen abajo en las encuestas los candidatos a presidente de la república y a gobernador, además de una bajísima popularidad del primer priista del país, el presidente de México.
Pero no solo esas desventajas enfrenta la dirigencia estatal priista, tiene un candidato presidencial ciudadano en un lejano tercer lugar en las encuestas, frente a una creciente intención del voto a favor del partido Morena y su candidato Andrés Manuel López Obrador.
Habrá que ver el tiempo que le dura la sonrisa en el rostro a Javier Casique, por la satisfacción de asumir la dirigencia estatal del PRI, porque lo feo de lo bonito, está por venir.
Para empezar, el dogerismo, el grupo compacto con la candidatura a la gubernatura y el control del partido, deberá mostrar la capacidad para unificar a todas las corrientes políticas priistas en el estado y relanzar las campañas a todos los cargos de elección popular.
El ex secretario General del CDE le apuesta a una contienda de tercios en la contienda por la gubernatura, partiendo de la base de votos obtenida de la elección de 2016, por ahora parece un buen deseo.