Milenio Puebla

Ricardo Alemán, Al final todo queda en familia y Después de Casa de muñecas

- Álvaro Cueva alvaro.cueva@milenio.com

Como dije ayer con Luis Cárdenas en MVS Radio, creo que Ricardo Alemán cometió un error, que tuvo un pésimo manejo de crisis y que por eso salió de Televisa y Canal Once.

Mire, en este negocio nadie es perfecto. Todos cometemos errores. Todos nos volvemos virales por accidente.

¿Y qué hacemos? Ofrecemos una disculpa, aclaramos.

Ricardo Alemán no lo hizo, al contrario, se montó en un asunto de un odio peor al del famoso tuit donde convocaba a los chairos a asesinar a Andrés Manuel López Obrador.

Resultado: en lugar de que esto se solucionar­a, se puso peor.

Y no, no es un conflicto de libertad de expresión. Es un tema de irresponsa­bilidad.

¿Por qué? Porque los comunicado­res profesiona­les no somos inocentes tuiteros que subimos lo primero que se nos ocurre.

Los comunicado­res profesiona­les desde el momento en que pisamos un medio representa­mos a las empresas, a las institucio­nes y a los anunciante­s que nos permiten el privilegio de estar en contacto con usted.

De hecho, en muchas ocasiones hasta se firman contratos que hablan con bastante claridad de lo que no se puede hacer en redes sociales.

Los comunicado­res profesiona­les somos libres de decir lo que queramos, se lo juro, pero no nos mandamos solos.

¿Se imagina usted la cara del rigurosísi­mo Canal Once cuando vio el tuit del señor Alemán? ¿Ya se puso a pensar en la reacción de los numerosísi­mos anunciante­s de Televisa cuando vieron aquello?

Ojalá que esto se solucione pronto porque a raíz de esta historia ya se están sacando de contexto muchas frases de muchas personalid­ades para ver quién perjudica más a quién y no se vale. ¿O usted qué opina?

Ahora somos de Univision

Por supuesto que vi el estreno de Al final todo queda en familia, el programa de concursos que entró en lugar de Pequeños

gigantes los domingos por la noche en Las Estrellas.

La producción, la conducción y el nivel de los invitados es buena pero una vez más estamos hablando de un atentado contra nuestra mexicanida­d en el peor momento para hacerlo.

¿Por qué? Porque esto no fue diseñado para nosotros, fue diseñado para Univision, para Estados Unidos.

Televisa se ha convertido en una vil maquilador­a y nosotros en sus consumidor­es de segunda.

Para que entienda lo humillante de este programa (que estando donde está tiene rating en automático), las dinámicas de Al final todo queda en familia consisten en poner a nuestros papás, a nuestras mamás, a nuestro hijos y a nuestro abuelitos a elegir entre regalos individual­es y regalos para toda la familia.

¡Estamos en México! ¡Aquí todos damos la vida por nuestras familias! ¿Dónde está la parte emocionant­e de este game show?

¿Así o más claro que los señores de Televisa ya ni nos conocen?

Por favor llévenlos a ver Coco para ver si más o menos se enteran.

A lo mejor, como es película gringa, ahí sí nos entienden y se ponen las pilas. ¡No lo puedo creer! En familia con Chabelo era millones de veces más nuestro, más divertido, más cálido y más emocionant­e.

¡Y sí estaba bien programado, porque esto no tiene nada que ver con las audiencias que veían conceptos como Pequeños gigantes!

¿Para eso nos quitaron a Chabelo? ¿Para retroceder y entregarle la televisión mexicana a Univisión?

Esta obra me preocupa

La semana pasada fui al estreno de la obra Después de casa de

muñecas al Teatro Xola de Ciudad de México.

La obra es increíble. La dirección, alucinante. Las actuacione­s, prodigiosa­s. Y el tema, irresistib­le. Pero estoy preocupado.

¿Por qué? Porque creo que sus responsabl­es suponen que el público que va a ese teatro tan popular, tan comercial, sabe de qué le están hablando cuando, en realidad, no. Después de casa de muñecas es la continuaci­ón de Casa de

muñecas, una obra maestra del teatro sueco escrita en 1879 por Henrik Ibsen. Y su protagonis­ta, Nora, es uno de los personajes más importante de todo el teatro universal.

Tengo serias dudas sobre si la gente que va al Teatro Xola a echar relajo con Bule Bule, el

show domina el teatro sueco, si siente ansiedad por el futuro de Nora o si siquiera entiende la diferencia entre pieza y melodrama.

Perdón pero yo sí creo que hay que venderla de otra manera, que hay que darle antecedent­es a las audiencias y, lo más importante de todo, organizar debates al final.

Tanto Casa de muñecas como Después de casa de muñecas tocan temas fundamenta­les para el México de hoy, para lo que están viviendo y padeciendo nuestras mujeres en este 2018.

Hay que verla, verla en bola, con las amigas, con las compañeras pero no se vale verla sin discutirla, sin celebrarla, sin interioriz­arla.

Bravo por Cecilia Suárez, Beatriz Moreno, Juan Carlos Colombo, Paulette Hernández y Assira Abbate, por la dirección de Mauricio García Lozano y por la producción de Morris Gilbert, Mejor Teatro y Ocesa.

Pero hay que empaquetar esto de otra forma. ¿A poco no?

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